2: Home

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Me acuerdo muy bien nuestra casa, estaba alejada de la ciudad, por que mi madre quería alejarse de todo problema de exclavitud, mis padres no estaban de acuerdo con eso.
Era una casa alado de un río teníamos un pequeño establo con solo tres caballos, mi papá se ganaba el dinero cortando leña y mi madre reparando vestidos. Yo solo jugaba y miraba, mi madre me enseñaba todo lo que ella sabía, era muy inteligente. Y hermosa.
Mi padre ya quería que creciera para que fuera un hombre como el y que hiciera lo mismo incluso cuando tenía 7 años casi me obligaba en agarrar la hacha y cortar pequeños pedazos de madera, mi madre se enojaba mucho con eso por que solo era un niño.
En esa edad fue la primera vez que fui a la ciudad, mi padre tenía un pedido que atender, así que agarramos nuestros caballos directo a la ciudad.
Nunca había visto algo así en toda mi vida, las calles iluminadas, niños corriendo, carruajes nunca vistos, personas con bastones y sombreros y mujeres con vestidos extravagantes. Mi padre se dirigió al banco junto con mi madre, por una razón que no entendía, no quería que los acompañara. Me quede afuera cuidando a Hades (nuestro caballo), del banco salió una mujer que llamaba la atención de todo hombre, estaba de espaldas de la puerta así que no la había visto, solo miraba y escuchaba que hombres pasaban y silbaban hacia ella, voltee mi cabeza inocentemente y estaba ella una mujer, lo cual mi inocencia de 7 años supuso, tenia un corpiño que resaltaba su busto, ella se me quedo mirando y sonrió diciendome:
-¿Es tu caballo?
Me quedo inaudito pues que es la primera persona que le hablo de la ciudad. Le consteste:
+S..si.. Es mi..caballo, se llama Hades.
-¿Hades? Precioso nombre...
Me di cuenta que no se salía del banco se quedaba ahí parada viendo el atardecer, esperando a que se metería el sol, acompañe la mirada no lo consideraba tan atractiva puesto a que un Bar tapaba la vista. Cuando se metió el sol, ella buscaba algo en su bolso. Me preguntaba cuanto tiempo iban a tardar en llegar mis padres.  
Saco unas monedas y me las dio a mi. Le conteste:
+¡Hey! No soy un niño pobre
Ella soltó una carcajada y me dijo
-Pero lo seras, jajaja que pensaba, solo eres una criatura.
Se acerco hacia mi y me dio un beso en el cachete. Mis padres ya habían
llegado, vi que no estaban muy contentos pero no quería preguntar.
Llegamos a casa a comer.
A la mañana siguiente ya no estaba Hades ni los demás caballos, solo nos quedamos con el pequeño, mi familia estaba en bancarrota. Mi abuela fue a ayudarnos con el dinero. Y así volvimos en pie. Mas o menos.

No es tan fácil como aparento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora