Dia 43

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Eran las 2:43am y yo estaba con Miranda, estaba sola en su casa y ambos estábamos en su cuarto, las luces estaban apagada, estábamos en la oscuridad, pero era esa oscuridad a la que tus ojos rápidamente se acostumbran, rápidamente encontré la puerta de su armario, la del baño, la repisa donde estaban sus muñecas y sus libros, ella estaba en silencio, yo también, pero seguía despierto, ella tenia su cara escondida entre mi hombro y mi cuello, creí que estaría dormida pero la escuche hablar

-Cuando yo era pequeña, vi una mariposa blanca

-¿Si?

-Si

-¿y como era?

-Tan hermosa como una mariposa blanca puede ser 

Me quede en silencio, ella siguió

-Estaba en el parque y la vi, estaba volando y la segui, ella se paro sobre una rosa roja, muy grande y bonita, y yo me quede allí todo el rato hasta que la mariposa siguió su vuelo, pero yo segui allí, mirando la rosa, imaginando que esa mariposa seguía ahí, y pensé que, esa mariposa blanca era el sueño frustrado de una inocencia perdida

-¿De una inocencia perdida?

-Si, era tan pura, tan delicada, tan frágil, como el sueño de una inocente niña de seis años. Así como que, esa niña perdió su inocencia, y su delicado sueño se convirtió en una mariposa

-Oh...

-Era muy hermosa, igual que la rosa

-¿Te gustan las rosas?

-Las odio


MirandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora