03.

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YoonGi.


— Me iré más temprano chicos, tal vez los vea allá.— Tome mi mochila del sillón y camine a la puerta de entrada.



— Faltan dos horas para que vayamos, ¿Cuál es la prisa YoonGi?— Se apresuro a decir Jin, me detuve y los mire a todos aburrido.



— Tengo cosas que hacer.— Y camine de nuevo saliendo sin esperar respuesta.



Toc Toc Toc~


— Esta abierto YoonGi.— La suave voz de Alodia se escucho desde adentro.



Tome la perilla de la puerta girándola y abriéndola, Alodia estaba sentada en su cama mientras escuchaba música en que pequeño radio de su mesa de noche, me encamine hacia ella y me senté a su lado.


— ¿A donde iremos?— Pregunto con curiosidad, cosa que me pareció bastante tierna.



— Es una sorpresa.— Entonces tome su mano y entrelace nuestros dedos, me pare llevándola conmigo y salimos de su habitación.



— ¿A donde vamos? No saldremos fuera del recinto ¿Verdad? Nos meteremos en problemas.— Me regañaba y yo solo seguí caminando sin soltar su mano.



— Tengo permiso. — La tranquilice, pasamos recepción y le di una pequeña reverencia a la chica detrás del mostrador, ella sonrió y me hizo una señal de despedida.



Atravesamos la puerta de entrada sintiendo un poco el aire que había, Alodia se detuvo y sostuvo mi mano más fuerte así que la mire.


— ¿Pasa algo?— Me preocupe.



— Tengo miedo. — Susurro.— Es la primera vez en mucho tiempo que salgo.



Sonreí un poco viéndola.


— Yo te cuidare, no te preocupes.



— Gracias YoonGi.— Sonrió apretando de nuevo mi mano, sin poder evitarlo la apreté de vuelta.



*

— Huele a comida.— Alodia dijo apesar de que estaban a dos cuadras del restaurante.— ¿Vamos a comer?



— ¿Cómo sabes a donde vamos?— Pregunto YoonGi asombrado.



— Tengo muy desarrollados mis sentidos, es necesario ya que soy ciega.



— Entiendo.— YoonGi rió.



Caminaron hasta llegar al restaurante y entraron aún tomados de las manos, se acercaron a una mesa y YoonGi ayudo a Alodia a sentarse y familiarizarse con su alrededor.


— ¿Desean ordenar?



— Queremos este desayuno.— Pidió YoonGi señalando los huevos con tocino y los licuados que había en el menú.

*


— Come.— Lleve el tenedor con un poco de tocino a la boca de Alodia, ella lo comió algo torpe y por décima vez en el día pensé que se veía realmente tierna.



— Suga.— Susurro ella y la mire sorprendido.



— ¿Qué has dicho?— No estaba seguro de haber oído bien.



— Suga.— Repitió más alto.— Eres un chico muy genial, eres muy dulce, como el azúcar, Suga.



Hace años que alguien no me decía así, mi mamá lo hacia, después ella murió, me fui de casa sin querer saber nada y no supe de mi familia, un nudo se hizo en mi garganta.


— Mi mamá me decía así.— Susurre.



— ¿Te decía?



— Murió, hace cinco años.



— Lo siento.— Se disculpo apenada y subió su mano a la mesa buscando la mía, cuando la encontró la tomo y me dio un ligero apretón.



— No importa es solo que, la extraño.



Alodia me daba la confianza de contarle eso, algo que solo los chicos sabían.


— Yo aveces extraño a mis papás.— Sonrió.



— ¿Igual murieron?



— No, pero hace mucho que no los miro.



— ¿Porqué?— Pregunte realmente curioso.



— No toda mi vida fui ciega YoonGi.— Parecía mirarme.— Tuve un accidente el año pasado, mis papás estuvieron todo el tiempo conmigo pero, cuando supieron que era ciega... Ah.— Suspiro y ahora yo apreté su mano.— Ellos no podían lidiar con una hija ciega, ya tenían suficiente con una hija invalida..., así que me subieron a un carro y me dejaron en el centro, yo no sabía donde estaba y ellos no dieron explicaciones, solo se fueron, ni siquiera dijeron nada a las doctoras, una de ellas me encontró fuera y me ayudo, desde entonces estoy ahí. Nunca me han visitado y solo espero a que el doctor encuentre a un donante para la operación y ya, saldré y haré todo lo que una vez quise hacer, viviré la vida de nuevo.



*

YoonGi se dedico a mirarla, era una chica fuerte después de todo, la admiraba en cierta forma.


Su corazón comenzó a latir un poco más rápido y sus mejillas se sonrojaron, Alodia era hermosa y valiente, como su tipo ideal y tenían mucho en común; sin ser consciente comenzó a acercarse a ella, hasta rozar sus narices.


— ¿Qué haces?— Susurro ella sonriendo.



— Shh.— La callo y se acerco un poco más para unir sus labios en un suave beso.

𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒࿐ 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora