10.

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La brisa chocaba en el rostro de Alodia mientras ella se dedicaba a observar el sol ocultándose en el mar, sus ojos brillando ante tal maravilla reflejada en ellos. 

Había vuelto a la playa durante dos semanas, sin obtener resultados sobre aquel chico del que estaba segura era YoonGi. Pudo estar ciega y no haber visto su rostro mientras estuvieron juntos pero podría reconocer su voz así tuviera una pared separándolos. Y aquella era su voz.

— ¿Tú de nuevo? — Sobresaltada giro y lo vio, sus ojos brillaron incluso más que cuando veía el mar. El chico frente a ella, ahora pelinegro, no dejaba de observarla con una expresión seria.

— Suga. — Susurro nostálgica comenzando a acercarse a él, pero antes de poder dar más de dos pasos él levanto su mano deteniéndola, llevo sus manos a su pecho luciendo lastimada y por un momento él lo pareció también.

— No me llames así.

— Entonces no me mientas, se que eres tú. Eres YoonGi, ¡no trates de engañarme! — No pudo evitar derramar las lágrimas que tenía reteniendo desde que lo vio, sintiéndose impotente al no poder hacer nada para que el chico frente a ella aceptara la verdad. ¿Porqué lo hacía?

Observo al chico frente a ella esperando su respuesta que parecía llegaría en mil años.

— Soy YoonGi. — Apenas murmuro aquello sintió su pecho aliviado y soltó más lágrimas.

YoonGi pareció a punto de llorar también.

— Oh YoonGi. — Susurro dolida. — ¿Porqué? ¿Porqué me mentiste?

El pelinegro bajo la guardia, mostrando una expresión triste en su rostro. Todo eso no debía estar pasando, Alodia debía haberle hecho caso y olvidarse de él no volver y hacerlo sentir peor por mentirle. Y maldita sea, quería estrecharla entre sus brazos y besarla como si nunca hubiera hecho tal cosa.

— Me dijiste que estarías conmigo cuando por fin pudiera ver. No que me donarías tus ojos y te irías de mi lado. — Continúo dando dos pasos más cerca de él.

— Te explique porque lo hice…

— ¡No es suficiente! ¡No es suficiente decir que lo decidiste y ya y que estás contento por eso! ¡Esa no es una razón válida! Me dejaste sola… — Susurro lo último casi sin entenderse debido a su llanto y volvió a hablar antes de que él lo hiciera. — Yo te amaba…

— ¿Ya no me amas? — Interrumpió temeroso de oír su respuesta, ignorando sus anteriores reclamos.

— Ese es el problema, yo todavía te amo. Por eso estoy aquí ahora, por eso desde que te vi he estado regresando a esperar para encontrarte. — Explico segura y más calmada. — Por eso necesito una explicación.

— Lo hice porque yo también te amo. — Por primera vez en su vida fue completamente sincero. Y por primera vez en su vida, no quería volver a dejar ir a la chica que realmente amaba. — Quería lo mejor para ti, quería que hicieras todas esas cosas que siempre quisiste pero no podías. Quería que fueras feliz.

— Pues sin ti no lo soy. — Nuevamente se acerco a él, siendo separados ahora por solo un metro de distancia. — Mi única felicidad esta contigo a mi lado, y no me importaría ser ciega toda la vida, si al final tú estarías siempre conmigo yo seré feliz. Así que por favor, no nos hagas sufrir más a ambos y vuelve conmigo.

Estiro su mano hacia YoonGi ansiosa por que la tomara. Lentamente levanto su mano acercándola a la suya, rozando sus dedos con suavidad antes de entrelazar sus dedos por completo y tirar de ella atrayéndola en un abrazo, envolvió sus brazos fuertemente alrededor de ella y suspiro fuertemente sintiendo su toque y su olor que tanto había extrañado. Y se insulto de mil maneras por haberla dejado y aguantar tanto tiempo sin ella. Alodia se aferro tanto como pudo a él, temiendo que si lo soltaba él se iría de nuevo.

Y finalmente, hicieron aquello que habían querido hacer desde que ambos se miraron. Después de un eterno año volvieron a unir sus labios en un beso, expresando cual necesitados estaban el uno del otro, demostrando cuanto se hacían falta, cuanto se estrañaban, cuanto se amaban.

Y finalmente, habían vuelto a mirarse a los ojos, esta vez con ella pudiendo verlo de la misma forma que YoonGi la miraba, una mirada llena de amor, con los ojos brillando y algunas lágrimas escapando de ellos por la felicidad.

Y finalmente, Alodia había podido comprobar lo que estaba segura desde hace tanto y quería decirle.

Eres guapo. — Susurro sonriendo y acariciando su cabello, rozando sus narices antes de volver a hablar. — Muy guapo YoonGi.

Y él, tal como la primera vez, había vuelto a cerrar los ojos, sintiéndose completo y feliz. Bendita la hora en la que a los chicos se les ocurrió ir a aquel centro.

Fin.

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𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒࿐ 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora