-Mira lo que tengo, Jemmy.- Alzo mi nuevo chupetín hacia el rostro de Jemmy. Mamá me llevó a comprar helado de Pistacho, pero no había. Lloré mucho, yo quería helado. Mamá me compró un nuevo chupetín, de muchos colores, mi favorito. Mamá dijo que debía ir a comer mi nuevo chupetín al jardín de nuestra enorme casa, y jugar con Jemmy. Mamá no le compró un chupetín a Jemmy.
-Oh, gracias pulga. Amo los chupetines de colores.- Jemmy toma mi nuevo chupetín de mi mano, sonriendo como siempre que me quita mis cosas. Comienzo a saltar, tratando de tomarlo de vuelta, pero Jemmy lo eleva muy por encima de su cabeza, y no puedo alcanzarlo. Jemmy es más alto que yo, y más grande, pero sólo por diez días, por eso me dice pulga.
Jemmy es un tonto.
-Devuélvemelo, tonto. Es mí nuevo chupetín, no tuyo.- Pongo mis manos en mis caderas, imitando a mamá cuando se enoja con papá. Poner las manos en las caderas siempre le funciona a mamá.
-Ahora es mío.- Jemmy me saca la lengua, poniendo sus manos en las caderas, también. Papá nunca pone las manos en las caderas. Papá siempre le hace caso a mamá. Que Jemmy no me haga caso me enfurece aún más, pero una idea se me ocurre, haciéndome sonreír. Salto hacia Jemmy y lo tiro al suelo, no porque yo sea fuerte, Jemmy es mucho más fuerte que yo, pero él no se lo esperaba que yo saltara hacia él, así que lo derribé. Comienzo a hacerle cosquillas, Jemmy odia las cosquillas. Jemmy ríe sin parar, aunque pide que me detenga. No entiendo por qué alguien querría parar de reír, reír es divertido. Tomo mi nuevo chupetín de su mano, y comienzo a correr de vuelta adentro de casa para que Jemmy no logre atraparme. Jemmy se levanta muy rápido del suelo, aun riendo.- ¡Te atraparé, pulga!
-¡No lo harás!- Grito de regreso, riendo también. Jemmy es más grande que yo, y es más alto, y más fuerte, pero yo soy más rápida. Soy la más rápida de todos los niños.
Corro por las escaleras hasta llegar al piso de arriba. Jemmy pensará que iré a mi cuarto, así que no iré allí. ¡Tengo una idea! Me esconderé en el cuarto de papá y mamá. Jemmy no me encontrará. Corro hacia el otro lado del pasillo y abro la puerta de la habitación. Lo que veo hace que me detenga. Papá está en el piso, y mamá está encima de él.
No entiendo por qué mamá está sobre papá.
Mamá tiene algo en su mano, una de esas cosas que los policías usan en la televisión. Esas cosas que matan gente. Mis ojos se abren al entender lo que está pasando, y un grito sale de mi garganta. ¿¡Por qué mamá quiere matar a papá!? Ambos me escuchan gritar y voltean hacia mí. Mamá me apunta esa cosa. Mamá está enojada. Papá se levanta del suelo tirando a mamá.
No es papá quien se levanta del suelo.
Trato de correr hacia Jared, gritando su nombre. Jemmy me abraza de repente y quiere sacarme de allí, pero me resisto. Jared llega hasta mí y me abraza muy fuerte, sacándome de los brazos de Jemmy. No dejo de gritar su nombre.
-Tranquila muñeca, estoy aquí. Estoy bien, no te preocupes. Todo está bien, Em, debes calmarte...
...௳...
-Shh... Estoy aquí, Emma. Todo está bien...
Todo mi cuerpo está tenso por el miedo cuando tomo la camiseta de Jared en mis manos, a lo que él se queda completamente quieto y en silencio. Luego de unos instantes de vacilar, alzo la mirada hacia su rostro, donde unos ojos azul violáceos me reciben con sorpresa.- ¿Jared?- Mi voz sale en un hilo; mi cuerpo tiembla de pies a cabeza. Aun no puedo creer que él está bien.
-Sí, muñeca. Estoy justo aquí, no pasa nada.- Uno de sus brazos se mantiene en mi cintura mientras su mano libre se eleva hasta mi mejilla, acariciándola con suavidad y ternura.
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Made in Brooklyn
RomanceLa vida de Emma Brooks era un rompecabezas del cual Jared Miller quería todas las piezas. Cuando Emma lo vio frente a su puerta, inmediatamente supo que no podría olvidarse de aquellos ojos azul-violáceos tan inusuales, por lo que fue sencillo reco...