Capítulo 17.

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Alejandra: Vamos a dormir.

Antoine: ¿Cómo que a dormir?

Alejandra: Me siento egoísta, quiero que estés concentrado en el partido. Ya no solo por mi padre, sino por la acción del Atleti.

Antoine: ¿De verdad? ¿Me vas a dejar con las ganas?

Alejandra: Sí. -Dije riendo.

Antoine rió y le di un corto beso.

Alejandra: A dormir ya anda. -Dije besándole otra vez.

Antoine: Esta me la pagas en Madrid, bonita. -Dijo riendo.

Alejandra: Sí, sí, sin problemas.

Me di la vuelta y noté como Antoine se juntaba a mí y me abrazaba por detrás.

Antoine: Descansa.

Sonreí y cerré los ojos.

Al día siguiente me desperté y palpé el lado derecho de la cama. ¿Y Antoine?

Miré a la otra cama. Estaba hecha.

Oí ruidos en el baño y posteriormente mi hermano abrió la puerta.

Gianluca: Dormiste bien. -Rió.- Nos contó antes Antoine que le dejaste con las ganas.

Alejandra: Será bocazas... -Reí.

Me duché y recogí todo un poco mientras mi hermano jugaba a la play.

Me puse a jugar con él. Esas pequeñas cosas me hacían echarles de menos después...

Tocaron a la puerta.

Alejandra: ¡Adelante!

Giovanni: Pendejos, les esperamos para desayunar. -dijo abriendo la puerta.

Gian y yo nos miramos y miramos la hora.

"Uy" soltamos los dos levantándonos de golpe.

Bajamos y vimos que por allí estaban nuestro padre, El Mono Burgos, El Profe y más en una mesa, y en la otra, vi que estaban Saúl y Óliver.

Mi hermanos se sentaron uno a cada lado de mi padre, yo besé la mejilla de este y levanté la mirada.

Alejandra: ¡Buenos días guapos!-Dije para los demás.

Rieron y me dieron los buenos días.

Empecé a andar hacia la otra mesa.

Cholo: ¿No comes nada? -Dijo elevando la voz para que le oyese.

Alejandra: Sí, pero con ellos. -Dije señalándoles.

La verdad es que tanto a uno como a otro les tenía muchísimo cariño. Cuando iba a Madrid y no estaban mis hermanos siempre actuaron como ello. No igual que con Diego Costa, pero algo distinto. Pero vamos, que podría decir que eran dos de los más importantes para mí dentro de la plantilla.

Me senté junto a ellos.

Saúl: Buenos días Ale. -Dijo sonriente.

Óliver: Buenos días. -Dijo igual.

Alejandra: Buenos días amores. -Dije riendo. - Voy a por algo y vengo a desayunar con vosotros.

Me levanté otra vez y me acerqué a la barra. Bendito bufete libre...

No me valen los demás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora