The Fugitives. {Jelsa}

Capítulo 6

-Jack-

-Y por eso dos más dos es pez-. Trato de animarlos un poco; no me gusta verlos tristes.

De pronto, se empieza a escuchar el ruido de el ascensor.

Pasos hacía acá, y se escucha el sonido que emiten los números de la clave para abrir la puerta de la celda.

Me coloco frente a los chicos, con la intención de "protegerlos" aunque se que no funcionara.

Las puertas se abren dejando ver a ¿Elsa?

-Qué haces tú aquí?-. Pregunto un poco molesto.

-Necesito hablar con ustedes-. Hace énfasis en la palabra "Necesito"

-No-. Digo firme.

-Adelante-. Dice Anna.

Elsa, al ver a su hermana, abre los ojos como platos.

-A-Anna?- Su voz se quiebra.

-Elsa-. Anna trata de contener las lágrimas.

Elsa corre hacia su hermana y la abraza, y Anna le devuelve el abrazo.

-Elsa-

Abrazo a Anna tan fuerte como mis brazos me lo permiten. Ella me abraza mas fuerte aún.

-Anna-. Es todo lo que sale de mis labios gracias a el nudo que tengo en mi garganta.

Ella solloza aún más fuerte, haciendo que también, por primera vez en años, empiece a llorar frente a alguien.

-Lo siento tanto. Lo lamento como no tienes una idea-. Digo entre sollozos.

-Shhh. Tranquila.

Anna siempre fue la única persona que fue mi debilidad. Nunca permití que le hicieran daño, hasta ahora.

Mi hermana trata de levantarse, pero hace una mueca de dolor.

Me limpio las lágrimas y me levanto rápidamente.

-Qué te sucede?.

-Hay, por favor-, Jack ríe sarcásticamente.- no me diga que no tiene idea, su majestad.

-Idea de qué?- No estoy entendiendo absolutamente nada de esto.

-Tú, eres la culpable de esto.

-Crees que si supiera algo de esto, te estaría preguntando?- Me acerco a él.

-uhm, no lo se, quizá sea otra de tus "trampas", no estoy seguro-. Se acerca a mi.

Entrecierro los ojos.

-Puede ser que haya hecho miles de cosas o haber dicho millones de mentiras, pero fue con el fin de protegerlos a todos ustedes. Y, sin mis "trampas" tú no estarías en este momento aquí.

Él solo se limita a verme, porque sabe que tengo razón.

-En serio no lo sabes?- Pregunta Mérida.

-No-. Me alejo de Jack.

-Esta herida, Elsa-. Me dice Rapunzel.

-Espera, espera, espera-. Volteo a ver a Eugene, quien es el que me llama. -Entonces, si no sabias nada de Anna, no pudiste haber mandado tu a los guardias para...

-Para castigarnos-. Interrumpe Hiccup. Espera, ¿Castigarlos?

-¿Qué? ¿Castigarlos porqué?

-Un tres días la semana durante cuatro meses mandaban a seis guardias a azotarnos con todo tipo de cosas-, dice Kristoff.- a Anna la golpearon con un trozo de hierro muy caliente.