Capitulo VI

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Me levante sobresaltada al escuchar un ruido.
Alguien había entrado a la casa. Escuche pasos y voces, pero hablaban muy bajo y no podía entender nada. Tome mi cuchillo y rebusque en la mochila un revolver, me sitúe a un lado de la puerta, en mi posición de ataque y con todos mis sentidos alerta, finalmente logre escuchar algo:

-Debes ser mas cuidadoso, David.- era la voz de un hombre maduro.- Ese hombre pudo haberte matado.

-Ya lo se. Fue un grave error.

-Es por esa razón que el consejo decidió que no saldrias mas tu solo. Y agradece que me ofrecí a acompañarte.- cada vez se aproximaban mas, sentí como cada uno de mis músculos se ponían en tensión, preparándose para atacar en cualquier momento.-¿Donde estaba aquella habitación con las armas?

-Por aqui.- mierda, yo estaba en la habitación que ellos buscaban.

Vi como se abrió la puerta y rápidamente tome al primero que entro del cuello y lo puse de espaldas pegado a mi cuerpo, el era una cabeza mas alto que yo pero me las arregle para apuntar el arma a su cabeza.

-Nadie se mueva o disparo.- el muchacho cuando se percato de la situación levanto ambas manos al aire, y aun en la penumbra, pude reconocerlo. Era el chico que me había salvado hace unos días, aquí en esta misma casa.

-¿Que haces aquí?- preguntamos al mismo tiempo, al parecer el también me había reconocido. Y en ese momento de corta distracción, mi rehén aprovecho para librarse de mi agarre y hacerme una llave, si yo hacia tan solo un movimiento, me rompería el brazo, pero aun así tenia el arma fuertemente sujetada.

-Suelta la puta arma.- gruño entre dientes, y yo no obedecí. Me golpeo en la cabeza y aun yo no soltaba el arma, el volvió a levantar el puño para golpearme una vez mas.

-Detente, Julian.- dijo el muchacho.-Dame el arma.- estaba frente a mi y su rostro me decía »Confia en mi«, mis instintos me decian que no obedeciera, que era una estupidez confiar en el, pero aun asi, le di el arma. Pero yo obviamente no era una idiota, mi cuchillo estaba en mi bolsillo.

El tal Julian me soltó y sentí un poco de alivio en el brazo, aunque aun sentía dolor.

-¿Katia?- la voz adormilada de William llego a mis oídos.- ¿Que pasa?- Todos observábamos al pequeño, yo me acerque a el y acaricie su cabello.

- Solo estamos hablando, vuelve a dormir.- el negó enérgicamente y yo suspire.- de acuerdo, como quieras.- lo coloque detrás de mi y volví a ver a aquellos dos.-¿Que hacen aquí? - pregunte mientras los observaba desafiante.

- Venimos a buscar unas...

- Eso no es asunto tuyo.- Julian intervino antes de que David pudiera terminar su oración. Levante las manos al aire.

- Vale, vale. Tienes razón.- dije mientras daba un paso hacia atrás.

- Escucha, se ve que eres lista, así que seré directo. Entreganos las armas si no quieres salir lastimada.

- ¿Que armas?- pregunte confusa, fingiendo bastante bien que no tenia idea de lo que hablaba. Se echó a reír.

- Vale, al parecer no eres tan lista como parece.- sentí a William tensarse a mis espaldas, lo abrace con fuerza para tranquilizarlo.

- David, revisa sus cosas.- el chico afirmo y avanzo hacia la esquina en donde estaban nuestras cosas. Me atravesé en su camino.

- Oh no, ni lo pienses.- dije entre dientes, observandolo desafiante. El me devolvió una mirada serena, y de cerca pude ver que su rostro aun seguía un poco hinchado por aquella paliza que le habían dado hace un par de días. Sus ojos eran extremadamente azules, tan azules como el basto cielo.

- No ando de humor.- Julian me aparto del camino de un empujón, pero yo no le permití avanzar mas. Lo tome por los hombros con fuerza, el estaba desprevenido así que cayo al suelo, aproveche y le metí un puñetazo a David en la nariz, tan fuerte que mis nudillos quedaron doliendo.

Rápidamente tome los bolsos y le grite a William que corriera, el obedeció y salio disparado de la habitación, pero cuando proseguí a seguirlo me habían tomado del tobillo, y debido al peso de los bolsos, me desestabilice y caí de bruces alnsuelo. Sentí mi barbilla chocar contra el suelo y un fuerte dolor invadio mi cabeza, a la vez que un sabor metálico inundaba mi boca, era obvio que me había mordido la lengua.

Sentí un peso sobre mi espalda y unas manos jalaron fuertemente de mi cabello.

- ¡Maldita sea!- exclamo Julian sobre mi, me dolia fuertemente la cabeza debido a la caída y ahora venia este a jalarme los cabellos. Simplemente genial.- ¡David toma sus cosas y sal de aquí!

- Julian no podemos hacer eso, la dejaremos sin nada.

- David esta chica es peligrosa, ya vete de una puta vez.- David titubeo un momento, pero luego tomo los bolsos, trate de soltarme del agarre de Julian pero lo único que logre fue que me jalara aun mas el cabello. David me observo antes de salir de la habitación, y pude leer en su mirada la pena que sentía hacia mi.

- ¡Katiaaaaa! ¡Auxilio!- escuche los gritos de William venir desde fuera de la casa.

- ¡William aguanta!- grite mientras sentía como un nudo en mi garganta se formaba y mi vista se nublaba por las lágrimas. Necesitaba salir de aquí, William me necesitaba, no podía perderlo.

Frente a mi, David soltó los bolsos y echo a correr de ahí.

- ¡David! ¡¿A donde coño vas?!- en ese momento de distracción, Julian finalmente se levanto de encima mío, rápidamente me levante e intente salir corriendo de ahí, para ayudar a William, pero el me tomo y me aprisiono contra la pared, levantó su puño y lo lanzo directo a mi cara, sentí como todo daba vueltas a mi alrededor, pero logre reaccionar a tiempo para así esquivar el siguiente golpe. Rápidamente golpee su entrepierna con mi rodilla, dejándole tirado en el suelo debido al dolor.

Salí veloz de aquella habitación y fui hacia afuera, donde se suponía que debía estar William. Estaba comenzando a preocuparme, ya no lograba escuchar nada, todo estaba en silencio.
Al llegar afuera, me encontré a William arrodillado en el suelo, cubierto de sangre y sollozando mientras sus manos cubrían su pequeño rostro.
Sentí una fuerte presión en mi pecho y lágrimas cubrieron rápidamente mi rostro.

-¿William?- lo llame en apenas un susurro, llena de miedo. El me observo, estaba cubierto de sangre y no pude evitar gritar.

-¡¿Que mierda se supone que hacemos en este maldito mundo?!- finalmente colapse y mis piernas no aguantaron mas mi peso. Estaba cansada de vivir de esta manera. Estaba harta de siempre estar sola, con la sombra de mi pasado pisándome fuertemente los talones cada vez que encontraba algo de esperanza. Pero esto, esto fue la gota que derramo el vaso, una vez mas le falle a las personas que creían en mi, que pensaban que conmigo estaban a salvo. De nuevo, volví a fallar.-¿Que se supone que hacemos en este mundo? - susurré para mi misma.- solo sufrir, sufrir en soledad, sufrir con aquellos recuerdos que no pueden volver, pero que aun así, insistimos en pensar en ellos una y otra vez.- me ahogue con un sollozo.- ¿Por que... Por que?

Solo sobrevive.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora