Capítulo 50: Reencuentro.

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La noche antes de la boda de Ana yo estaba preparándome el vestido, los zapatos y todo eso. Alguien llamó a la puerta y era Héctor.
-Vengo a por mi traje, perdón si te molesto.
-No, pasa.
Era rarísimo hablarnos como dos extraños, como dos seres que no se hubiesen querido. Subió las escaleras y yo detrás de él, en ese momento recordé todos los buenos momentos con él, cuando él subía y yo me iba a abrazarlo después de todo un día de trabajo sin vernos. Fue hacia el dormitorio y abrió el armario, mientras que cogía el traje:
-Cómo estás?.-Me preguntó él.
-Como voy a estar, muy mal, fatal.-Dije con los ojos llorosos.
-Si lo quieres porque no estás con él? Tú y yo ya estamos divorciados, puedes hacer lo que quieras.
-Que has dicho?
-Que si quieres a tu ex que rehagas tu vida con él.
-No voy a rehacer mi vida nunca más si no es contigo, y que sepas que yo no lo quiero, que a quien quiero es a ti y a nadie más, y si me tengo que quedar sola el resto de mi vida porque tu rehaces la tuya, pues me quedaré sola. Y ahora sí has acabado pues irte.-Dije llorando.
Él se dirigió a la puerta para irse y yo lo acompañé para cerrarle llorando. Antes de irse se quedó mirándome, yo lo miraba a él con mis ojos llorosos, mientras que nos mirábamos se lanzó y me besó tirando el traje al suelo y cerrando la puerta de la calle. Yo le seguí besándome y él me cogió en brazos llevándome hasta arriba, llegamos al dormitorio y nos empezamos a quitar la ropa, mientras yo le besaba le desabrochaba la camisa, el seguí desnudándome, y yo a él.
-Estás seguro de lo que estás haciendo?.-Dije mientras me besaba por el cuello.
-Segurísimo.-Dijo echándome a la cama.
Nos metimos en la cama besándonos como nunca, Héctor encima mía, fue la mejor noche que pasé junto a él, nos dormimos a las seis de la mañana.
¿Quizás fue esta nuestra reconciliación?
Yo solo sé que me encanto tener a Héctor de nuevo una noche conmigo, como echaba de menos sus besos, esos besos que te hacían olvidarte de todo, además Héctor besaba como nadie, nunca había besado a alguien que lo hiciese tan bien como él, no sólo besaba bien...ya me entendéis.
Héctor era el típico tío del que te volvías adicta a su cuerpo, sus besos, su barba, su pelo, su sonrisa...todo de él! Y tantas semanas sin él no podía aguantar más, tanto llorar y llorar necesitaba tenerlo una ves más.

Un último adiós. #1 [Acabada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora