Día cuatro:
La lluvia ha cesado y la gripe me abandonó, de esta forma ya no hay excusa para faltar a clases.
Hoy decidí ir al parque por la tarde, me senté en el mismo banco de la vez anterior a esperar a la niña que conocí el otro día; Tania. Esperé unas tres horas, me dijo que iba todos los días pero hoy no estaba, me acerqué a una mujer que trabaja en el kiosco que al parecer la conoce bien y le pregunté por ella.
_Tania no vino y no se cuando volverá_ respondió preocupada_ Su familia es pobre y la casa donde vivían fue destruida por el temporal, ahora está viviendo en un refugio.
No imaginaba que Tania estababa pasando por esa situación, tenía que ayudarla porque ella lo necesitaba y yo también, quería agradecerle de alguna forma a aquella niña que se acercó a mí y me vio cuando nadie lo hacía.
_Tengo que hacer algo por ella ¿Dónde queda el refugio? ¿Está muy lejos?_
_A unas diez cuadras de acá_ Contestó mientras anotaba la dirección_ No se quién seas pero estoy segura de que tus intensiones son buenas, ella te aprecia mucho y espero que puedas ayudarla_
Le agradecí y me dirigí hacia la dirección que me dio, ya era tarde pero no podía esperar más, ella me necesitaba.
Comencé a caminar y llegué a un callejón que daba a mi lugar de destino, ya estaba oscureciendo y me daba un poco de miedo por lo que decidí acelerar el paso pero sin dejar de mirar hacia abajo, habían baldosas sueltas en la vereda y no quería tropezar y caer. De pronto miro al frente y me encuentro con un lugar luminoso entre tanta oscuridad, era de color blanco con muchas manitos de colores estampadas en la pared, supongo que eran de los niños que allí se refugiaban. Cuando levanté la cabeza observé un cartel que decía "Huellitas, refugio infantil", lo que me llevó a pensar que Tania no estaba con sus padres ¿Y si no los tenía?
Me dispuse a abrir la puerta y me encontré con unos treinta niños de entre tres y doce años. Me acerqué a una de las mujeres que estaban a cargo para que me orientara.
_Disculpe, quiero ver a Tania_ desconocía su apellido pero si ese era el lugar debía saber a quien me refería_ ¿Sos familiar de ella?_ preguntó dudosa_ No, soy una amiga_
Asintió mientras me conducía al fondo de la sala, y allí estaba ella, con dos trencitas en el pelo y su sonrisa característica. Apoyé mi mano en su pequeño hombro y se giró hacia mí. _¡Alexia! _ exclamó entusiasmada mi pequeña amiga.
Detrás de ella se acercó una niña de unos once años, la había visto anteriormente cuando fue a buscar a Tania al parque, era castaña de piel trigueña, tenía el pelo lacio con una trenza que le llegaba a la cintura y ojos cafés. En cambio Tania tenía el cabello negro por los hombros, el mismo color de piel y algunas pecas encima de la nariz, además sus enormes ojos verdosos contrastaban con su piel tostada.
_Te vi el otro día con mi hermana en el parque, yo soy Melissa_ se presentó_ Hola Melissa, yo soy Alexia_ Saludé con ese lado amable que se estaba despertando en mí.
Luego de que me aseguraran que estarían bien me despedí afirmando que volvería y me acerque nuevamente a la encargada.
_¿Puedo hacerle una pregunta?_asintió_ ¿Que pasó con los padres de Melissa y Tania?_
_No lo se_ respondió mientras movía la cabeza negativamente_ dijeron que volverían pero hasta ahora no lo han hecho y la verdad que me preocupa, si no lo hacen me veré obligada a tomar medidas_ mordí un lado de mi labio inferior comprendiendo lo que eso significaba
_Tu eres su amiga, tal vez puedas ubicarlos_
_Prometo hacer lo posible_ aseguré y me retiré, ya eran las 21 horas y debía darme prisa para llegar a casa antes que mis padres.
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Martes 13
Teen FictionEs la historia de una chica de 19 años de carácter rebelde, incrédula y valiente. Pero en realidad es solo disfraz, ya que en su interior se esconde una persona sensible y afectuosa que deberá enfrentar los desafíos que se le imponen día a día, ade...