Capítulo VII: Desesperación

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Hoy fui a ver a Susana, la mujer del kiosco.
_Encontré a Tania_ dije antes que nada. Ella me miró sorprendida_ se encuentra bien_ añadí adivinando su pensamiento.
_ Que suerte, sabía que la encontrarías.
_¿Usted sabe algo de sus padres?
_Su madre se ha ido_ respondió como dudando si debía contarme_ Dijo que quería una mejor vida, siempre se ha quejado y ahora que tuvo la oportunidad de deshacerse de sus hijas se marchó.
_Que triste_ fue lo único que logré decir_ ¿y su padre?
_ Bueno, él emm... Él no es su padre en realidad y dudo que se haga cargo_ un nudo en la garganta me impedía hablar
_ Dios mío, ¿y ahora? ¿que se hace?
_ Tal vez puedas hablar con la gente del refugio_ No, esa no es una opción, las llevarán a un orfanato. Ya me dijeron que si no aparecen sus padres deberán tomar medidas._ Comencé a sentirme desolada, todo era gris y no conseguía ver la luz al final del tunel, si sólo hubiera una esperanza, una solución.
Entonces se me prendió la lámpara _¿no hay otro familiar que pueda hacerse cargo?
_Ahora que pienso si hay, tienen una tía que los visitaba de vez en cuando, es una persona muy amable.
_¿usted sabe dónde encontrarla?
_ Me dio su número de teléfono una vez, intentaré llamarla por la noche.
Luego me fui a mi casa, rogando poder ayudar. Ellas se lo merecían.
Llegué a casa exhausta, me bañé y cene sola como de costumbre, después recibí la tan esperada llamada.
_Alexia, no lo conseguí. Ese número ya no le pertenece a María Teresa Diaz, tenemos que buscar otra solución.
_Gracias Susana, pensaré en otra solución. Adiós.
Acababa de derrumbarse la única esperanza que quedaba, sólo un familiar podía ir a buscar a las chicas al refugio y yo, por más que quisiera, no lo era.
Entonces se me ocurrió... ¡claro! Buscar en la guía telefónica.
Tomé la guía y al llegar a la letra "M", luego de una infinidad de Marías, allí estaba: María Teresa Diaz.
Tomé el teléfono rápidamente y marqué el número que allí aparecía, luego de dos tonos se oyó una voz del otro lado.
_Hola
_Hola, ¿María Teresa Diaz?
_Soy yo ¿quién habla?
_ Soy Alexia, amiga de sus sobrinas, Tania y Melissa_ el silencio invadió la conversación_ ellas la necesitan, están viviendo en un refugio y sus padres se han ido_ agregué
_Pero... ¿como es posible?
_Se que no me conoce pero tiene que creerme, Susana me ha hablado de usted. Le daré el número del refugio.
_Susana, ahora entiendo.
Luego de darle el número aseguró que haría algo por las niñas y me sentí satisfecha, había hecho algo para ayudar a una amiga y se sentía muy bien.

Martes 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora