Capítulo III: Nuevas decisiones

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Día dos:
Me encuentro sentada sobre la alfombra frente a la chimenea, el fuego se refleja en mis pupilas y sostengo una taza de café en una de mis manos para sobrellevar el frío de mayo, afuera el viento agita bruscamente las ramas de los árboles e intenta colarse por debajo de la puerta con ese sonido tan característico. Berny se encuentra en su almohadón de lana celeste, acompañádome como siempre.
Adoro a los gatos, me trasmiten esa tranquilidad que poseen; desearía ser así. A diferencia de lo que la gente cree y ve en mí soy una persona muy intranquila, pero mi introversión no lo deja ver.
He decidido ponerme las pilas con el estudio, ya reprobé dos años y no le tengo mucho cariño a la institución como para seguir allí por mucho tiempo; además, mis padres no permitirían que lo abandone.
Puse ímpetu en cambiar mi actitud y tomé un libro de historia que fue de mi madre, en la parte interior de la contratapa había un corazón con los nombres de mis padres escritos, jamás pensé encontrar algo así pero a pesar de sus escasas demostraciones de afecto, entre ellos y hacia mí, siempre supe el cariño que se tenían.

Martes 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora