La misión.

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La fina barra de metal me pasó por la cabeza, rozándome el pelo. Entonces hice un rápido movimiento con el brazo y le di a Tom en las piernas con la barra haciéndolo caer contra el suelo acolchonado.

- Ya van 4 veces - dije orgulloso estirando los brazos, y mirando la cara de Tom: sorpresa; seguramente por ganarle otra vez.

Tom se incorporó.

-Hostia, tío. Cada día mejoras más - Tom puso la barra de metal y el cuerpo en posición de lucha - Venga Nick, una más, la última - me dijo sonriendo maliciosamente.

Tom era un luchador nato. Fue él que me enseñó a luchar y defenderme para poder sobrevivir en el nuevo mundo. Al principio, yo era el típico chaval a ver si sobrevivía más de un día en esta base. Y así era, pero gracias a mi amigo conseguí avanzar.
Según él, había vivido en la calle sobreviviendo. Pero no sé si creerlo, porque también era conocido como el mejor mentiroso... Definitivamente, yo no era el chico que era antes, a pesar de que mi timidez era difícil de combatir.

Tom lanzó la barra contra mi costado mientras me posicionaba.

-¡¡¡Tramposo!!!

Me dolió pero, para devolvérselo, se lo clavé en el pecho.

-Ey - gritó. Y me intentó dar otra vez, pero conseguí esquivar la barra.

Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, él se agachó y me hizo tropezar con sus pies, cayéndome de cara contra la colchoneta. Fue tan rápido el golpe que no me dio tiempo para enterarme de lo que acababa de ocurrir.
Acabé tumbado en la colchoneta, agotado y sudando a chorros. Cerré los ojos... Estaba tan cansado, quería dormirme allí mismo, yo...

- ¡Nick, no te duermas!¡Venga! - dijo Tom dándome prisa - ¡Ahora es el siguiente grupo! - y me levanté rápidamente.
Hacia tiempo que no dormía en condiciones por el miedo que pasaba por la noche.

Me dirigí hacia al vestuario.

Allí, me lavé la cara en el lavabo y miré al chico del espejo. Tenía una pinta terrible. Podía estar cachas, pero mirarme a la cara era otra cosa. El pelo castaño estaba considerable, pero los ojos tenían pinta de no dormir por la noche y para ponerlo peor, debajo de ellos tenía unas ojeras que daban miedo. También, estaba pálido pero eso era normal entre todos los de la base. Nadie salía a tomar el sol.

- Nick - llamó Tom, apareciendo por la esquina del lavabo.

-¿Qué? - pregunté secándome la cara con una toalla.

- He oído decir que el general va a escoger novatos para mandarlos en misión - lo dijo tan contento que sólo le faltaba dar saltitos de alegría.

No sabía si creérmelo. No nos dejaban ni salir al exterior para respirar el ambiente. Desde lo que pasó, nada volvió a ser normal.
Da miedo, solamente pensar que los monstruos que creíamos que eran de simples historias para asustar a los niños, se han hecho reales.

-Cree lo que quieras - dije con desgana.

- Espero que me escojan - continuó, ignorando mi comentario mientras se iba por donde había venido - no sabes las ganas que tengo de ver como van las cosas por ahí fuera.

Yo si que no quería ver como iban las cosas por ahí fuera.

Me puse otra ropa y salí sin esperar a Tom.

Caminé por el pasillo.

Solo de pensar en lo que había en el exterior, recordaba lo ocurrido. Los seres, los destrozos, las muertes...Que infelizmente...yo viví.

Giré una esquina.

Pensé en mis padres y se me hizo un nudo en la garganta.
Y mi hermana Mimi.
Era muy pequeña y, sin embargo, la perdí de entre mis brazos en un descuido... Nunca me lo perdonaría...

De pronto, sonó una alarma que me hizo salir de mis pensamientos.

Alarma de reunión.
Al principio, tocaba muy a menudo, pero ahora ya casi nunca. No eran reuniones muy importantes.

En seguida, las puertas de las clases se abrieron y comenzaron a salir todos los adolescentes y niños de las aulas y salas de entrenamiento.

Me dí la vuelta y caminé a la dirección que iba todo el mundo.

Todos los que estábamos aquí, habíamos sido entregados por nuestros padres a esta base. Nos preparaban para sobrevivir y poder cambiar el mundo en el futuro... cosa la cual no tengo ninguna esperanza.

Llegamos a una sala gris vacía. No había ninguna silla o asientos, solamente un escenario donde estaba el General, con las manos detrás de la espalda.

-¡SILENCIO! - mandó callar el General cuando se cerraron las puertas que daba al auditorio y todos estaban posicionados de forma paralela, haciendo la señal de saludo al General. Todos callaron.
- Muy bien. Buenas a todos, pequeños sobrevivientes. Otro día entrenando por un futuro diferente - dijo serio, sin dar muchos ánimos - por lo visto, gran parte de vosotros se ha enterado del rumoreo que ha estado corriendo por la base - dijo dirigiéndose al asunto - el de que vamos a coger novatos para una misión al exterior...pues es cierto - aclaró.

Un rumoreo atacó la sala.

- ¡SILENCIO! - repitió el general. Ningún ruido más. - esta misión es una misión de prueba, un examen para algunas personas. Cada día iremos haciendo uno nuevo para grupos y así hasta que se finalicen las pruebas. Y sin más demoras, dictaré la lista de los 8 novatos elegidos para la misión.

Entonces, el General cogió una libreta y la abrió. Carraspeó y comenzó a dictar:

- Miranda Cruise - se comenzó a escuchar un murmureo - Milton Brown, Mirella Cruz, Tom Grace - al oir el nombre de Tom lo busqué con la mirada pero no lo vi. Seguramente estaría ilusionado - Clohé Stive, Joao Mendes, Alejandra Rose y Nick Marson.

Nick. Nick Marson.
Me quedé de piedra al oir mi nombre...
No me podía mover.
Era lo que menos quería en este momento. Salir afuera
. Y me había tocado justo a mí.

- Todos los aprendices nombrados deben estar aquí, mañana, a las ocho de la noche sin falta. Gracias pupilos - acabó el sargento.

Hizo un gesto que copió todo el público: alzar la mano en la frente y se fue. Pero yo no lo hize.

Las puertas se volvieron a abrir y la gente salió en una avalancha. Algunos de los llamados, estaban ilusionados o chuleándose de que iba a salir por fin. Otros, como yo, desconcertados.
Me dirigí lentamente a mi cuarto, arrastrando los pies.

Abrí la puerta de mi dormitorio.

Tom todavía no había llegado. Me senté en la cama.

No, no quería hacerlo. Me hablaban del exterior y casi me ponía a llorar.
Recuerdo que de pequeño me quejaba de que quería salir a hacer excursiones o ir a jugar a parques. Ahora, sólo de pensárlo...
Además, mi madre murió por un Nígredo. Estos le arrancaron la cabeza... Y a partir de ahí me traumaticé. No, pero no iba a dejar que vinieran esas recordaciones a mi mente.

Me levanté y me dirigí al baño para ducharme y despejarme.

Me quité la ropa y me metí en la ducha.

Sentí el agua correr por mi cuerpo. Estaba templada casi fría, pero ya estaba acostumbrado a ducharme con agua así. Apreté el botón rojo del panel de control, al lado del grifo, y se desprendió del techo de la ducha una avalancha de espuma con olor a limón. Me lavé la cabeza y el cuerpo. Cuando acabé, me sequé y me puse ropa limpia del closet.

Todas las noches y mañanas me encontraba ropa limpia en él. Nunca fallaba.

Después de vestirme me tiré en la cama. Supuestamente, debería ir a cenar pero no tenía hambre, sólo sueño, mucho sueño...

Y a pesar de hacer el esfuerzo por no cerrar los ojos para no soñar, los cerré y me dormí.

Esa noche, no me desperté por los gritos agonizadores de los Nígredos.

Siento no subir ningún capítulo. He estado a tope de exámenes y no podía con todo. Voy a subir capítulos pero con tiempo. Y sí, he cambiado la historia. Me viene mejor así.
Gracias XD

Kill OffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora