Querido diario: esto es la tercera guerra mundial

Séptimo día 9:00 pm

Viernes 24, diciembre de 2021

¿Sabes?, tengo mala suerte. Y esto es algo que tengo desde hace demasiado tiempo. Se suponía que ayer deberíamos de haber llegado a Seattle, pero el camino no hizo más que ponerse peor.

     Justo ayer en la madrugada, comenzamos a escuchar unos sonidos extraños, que poco a poco se hacían más y más fuertes. El Sr. Carey estuvo un rato caminando por los alrededores vigilando. Jake intentó ir con él, pero su espalda (ya casi recuperada por completo) lo hacía algo lento y débil como para huir o defenderse en caso de alguna especie de ataque. Y con referente a los sonidos extraños, se trataba de un pequeño grupo de zombis que venía desde el norte, eran alrededor de seis, un número no muy preocupante.

     Dejé que todos se encargaran de ellos, no me molesté en hacer algo por ayudar, no ayer. En lugar de encargarme de los zombis, subí al auto con Riley para que no se asustara. Por lo visto, se les hizo algo difícil acabar con ellos porque se les complicaba darles directo a la cabeza; la Sra. McFighter fue quien pudo matar a la mayoría.

     Después de aquello, esperamos a que el sol terminara por salir para poder continuar con el viaje. Entre mi padre y yo quitamos a los zombies del camino, asegurándonos que estuvieran muertos por completo. Me resbalé unas tres veces en el hielo de la carretera intentando empujar los cadáveres. Y no sé por qué este año el hielo es más grueso que los pasados.

     Evelyn terminó por quedarse afuera pidiéndome que le enseñara a usar armas blancas o de fuego; le enseñé lo básico, la mayoría de lo que sé puesto no soy experta en esto.

     Lo admito, tiene muy buena puntería con las armas de fuego, y fue bastante divertido verla enojarse al fallar algún blanco. La chica tiene habilidades impresionantes en esto, una puntería que sinceramente... no sé por qué nunca intentó algo similar antes. Y, siendo este el caso, creo que si se empeñara menos en qué tantas grietas se le hacen a su esmalte de uñas y más en cómo matar a un maldito zombie, le iría bastante bien quedando sola.

     Sólo digo, ¿tú qué opinas, mi pequeño diario?, ¿crees que algún día Evelyn sea capaz de sobrevivir completamente sola? Yo creo que sí.

     Y bueno, así avanzó la tarde. Decidimos no avanzar este día, todos estábamos algo cansados por todo lo de anoche y nos haría bien quedarnos ahí.

     Mi padre nos enseñó a encender fuego con una batería de celular y a hacer el agua, proveniente de la nieve, apta para beber. Eso definitivamente nos servirá de algo, nadie sobrevive sin agua tanto tiempo y el frío nos obligará a encender fuego en más de tres formas. La madre de Evelyn dio un pequeño curso de primeros auxilios, cómo hacer un torniquete y de paso revisó mi herida en el ojo, que ya se cerró por completo. Sí, en sólo cuatro días. Por alguna exageradamente extraña razón, mi herida ha sanado mucho más rápido de lo que normalmente hace una herida de ese tipo.

Intentaré relacionar eso con los demás cambios ligeros que he sentido estos últimos cuatro días:
1.- La herida, ahora cicatriz, cerró en cuatro días cuando comúnmente tarda alrededor de dos semanas y media (o algo así).
2.- Mis ojos se acostumbran más rápido a la oscuridad que los de los demás.
3.- Mis uñas crecieron fuertes (y eso que suelo mordérmelas muy seguido).
4.- Escucho mejor que antes.
5.- Tiendo a sentir la presencia humana antes de tenerlos cerca o saber quienes son.

Cinco cosas, que yo considero anormales. Y, según lo poco que he conseguido hablar con Jake porque aquella víbora de ojos verdes no me deja, él también ha sentido cambios similares. Y no solo eso, a Jake se le notan unos muy ligeros cambios físicos: está más pálido de lo normal y cuando la sangre sube a sus mejillas por el frío, no se enrojecen, toman un todo ligeramente morado; su cabello tan negro que parecía azul, ahora... sigue siendo muy negro, pero empieza a parecer de un color verde olivo; el enorme zarpazo de la Vampier en su espalda se ha estado curando demasiado rápido, esto le hubiera tomado casi dos meses o algo así, y en cuatro días le falta poco por cerrarse por completo; y sus ojos, antes de un verde muchísimo más intenso que los de Evelyn, ahora del centro, cerca de la pupila, comienzan a verse tan marrones que casi son rojos. Él tampoco sabe el por qué de esto, y no ha notado un cambio similar en nadie, más que en Riley, pero como no le he puesto mucha atención a ella, no estoy segura de que sea cierto.