Prólogo

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Portada de @Arantza_lilo. Muchísimas gracias!!!

Él estaba confuso y perdido. Hacía frío a su alrededor y no podía dejar de tiritar. Sentía las manos heladas y el frío en los huesos, no podía moverse y apenas era consciente de sí mismo. Se sentía flotar, en una nube, su cuerpo no precia pertenecerle y él ni siquiera se planteaba nada. Estaba demasiado entumecido como para pensar.

Todo había sido tras sentarse en la silla. Odiaba eso, después de eso solo dejaba de sentir y ver cómo si le hubieran quitado todos los sentidos y sustituido con frío. Un frío glacial que no parecía tener fin.

Abrió lentamente los ojos cuando el frío dejó de ser tan profundo. Tuvo que parpadear varias veces para que se acostumbrara a la luz tan repentina contra su rostro. Aún así, su enfoque no era bueno. Sus ojos tardaban en acostumbrarse más con cada despertar. Solo veía un montón de figuras borrosas moviéndose por el lugar de forma extraña. Estaban peleando.

Quiso moverse, pero solo logró que sus dedos temblaran ligeramente. Cada vez estaba todo más nítido hasta que, finalmente, unos ojos azules se pusieron frente a los suyos.

Analizó a la persona. Un varón alto, sobre metro noventa, con media cara tapada con una máscara azul y una A blanca en medio, junto con un traje azul, rojo y blanco. Parecía fuerte, seguramente igual que él o sino más.

Sopesó sus opciones.

No podría contra él, era más pequeño y sus reacciones y reflejos serían lentos y poco efectivos. Así que decidió no hacer nada.

Ninguna orden en su cabeza, ninguna idea de qué hacer o quién era el objetivo. Y sin una meta, él no entendía por qué estaba despierto.

El hombre habló pero el pitido desagradable e incesante no le dejó escuchar nada de lo que le dijo. Apartó mareadamente la vista del hombre hacia atrás, viendo el lugar destruido y los agentes que le custodiaban antes, muertos.

Sintió un roce en la cara, algo cálido pero de una material que debería ser frío. Era conocido pero sin llegar a serlo. Volvió a caer en la oscuridad por suerte, antes de que su mente pudiera analizar nada más.

***

Despertó sin abrir los ojos, tratando de averiguar qué había a su alrededor. Los sonidos de máquinas trabajando, un "pib" de vez en cuando y la molesta aunque innegable presencia de algo en su nariz que indicaba un respirador artificial, le decían que no estaba en un prado precisamente.

Los molestos "pibs" empezaron a producirse con más asiduidad y supo que le estaban midiendo los latidos del corazón. Trató de mover una de las entumecidas manos, la que tenía la intravenosa puesta. Lo sentía como una molesta sensación, una presión en el dorso de su mano.

Quería huir de ahí tan rápido como le fuera posible.

Pero no, debía quedarse y escuchar las órdenes. Debía esperar hasta que le dieran el objetivo. Porque lo único que importaba era eso. La misión.

Su misión.

"¿Estás despierto?" Preguntó una voz ronca que no reconocía. Sin embargo, su estómago se movió de manera desagradable. "Sí, lo estás" afirmó esta vez seguro. Siguió sin moverse, tal vez si no lo hacía el sujeto se iría dejándole en tranquilidad.

En cambio, entró en pánico cuando una mano le tocó la suya. No por el contacto, sino por el tacto de él. La maquinita de los odiosos pitidos, que más tarde sabría que era un monitor cardíaco, empezó a volverse loca y él no iba a quedarse por si explotaba.

Con un rapidísimo movimiento, se pudo poner en pie y correr hacia cualquier lugar de la habitación que aún no había inspeccionado. Sin embargo, y a pesar de lo increíblemente veloz del movimiento, el único hombre que había en la sala se movió con él y lo acorraló en una de las paredes. No había ventanas en ella y la puerta estaba lejos.

Este hombre tenía la misma complexión, altura y ojos que el que vio cuando se despertó la primera vez, solo que nada tapaba su rostro. Era rubio, con la mandíbula fuerte e iba vestido con ropa de civil. Tal vez no quería hacerle daño, pero ese tal vez tenía un riesgo impreso en él. Forcejeó contra él, tratando de escaparse, pero éste le sujetó con brazos, anclándole a la pared.

"уходи!" Gritó, tratando de que se alejara de él. Estaba nervioso, pero a la vez siempre sabía que había una posibilidad de que le atraparan. ¿Qué iban a hacerle?

"Tranquilo" le pidió el hombre. "Tranquilo. No voy a hacerte daño, Bucky. Tranquilo"

Le pidió el hombre. Él podía entenderle, hablaba muchísimas lenguas. Lo que no podía era comprender cómo se había referido a él. ¿Tenía un nombre? Había dejado de pelear solo para mirar fijamente al hombre sin decir una palabra. No tenía miedo, el miedo era un sentimiento con el que no le habían programado.

"Vete" repitió, esta vez en inglés para que el tipo entendiera.

"No" negó el otro, envolviendo sus brazos alrededor de su cuerpo, atrapando los suyos entre sus cuerpos para, seguramente, evitar que pudiera usar el de metal. "Mírate, te has arrancado la intravenosa. Menuda herida"

"Suéltame" le pidió, aunque más bien sonó apagado. Estaba muy cansado, seguramente le habían inyectado alguna droga para dormirle o algo así.

"No, voy a llevarte conmigo, Bucky. Estarás bien" fue una promesa por parte del desconocido en el que no confiaba. Una extraña de él se acordaba de una frase dicha por esa voz.

Esa voz que sonaba lejana y extraña.

Estaré contigo hasta el final de la línea.

Till the end of the line (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora