Eres (no soy) un objeto

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Bucky estaba tumbado hacia un lado, mirando directamente a Steve, quien estaba en la misma postura. La diferencia era que él seguía debajo de la cama y el otro estaba fuera. Se miraban, pero no hablaban. Los dos ojos azules, de tonos y profundidades tan diferentes, se ahogaban el uno en el otro, aunque no se alejaban.

El moreno no se movía, su respiración lenta y controlada. El rubio decidió alzar una mano hacia él, consiguiendo que se encogiera cuando con las yemas de sus dedos acarició sus mejillas.

"Tienes que comer. Te estás quedando demasiado delgado. Y tú lo sabes" le dijo el rubio, con un ligero deje de preocupación que el moreno consiguió captar.

Sin embargo, no hizo movimiento alguno, ni un amago de acercarse al plato de comida que había. Al fin y al cabo, ¿qué se suponía que debía hacer con eso?

Los dedos seguían pasando lentamente por su rostro, haciéndole cerrar los ojos. Si él quisiera atacarle, ya lo habría hecho en el baño. Pero, ¿qué si quería que se sintiera a salvo para atacarle después? Es una opción que debes considerar. Tal vez la extraña voz en su cabeza tuviera razón. ¿Debía imaginar que en cualquier momento este sujeto- Steve- podría matarle? O torturarle.

No sería la primera vez. Él no recordaba la primera vez, sin embargo sabía que habían habido otras veces. Pero claro, él apenas sabía qué era recordar. Quería gritar de frustración, y a la vez quería quedarse tal cual estaba, con los ojos cerrados y sintiendo el cálido tacto. Era como si lo conociera de antes, como si fuera el único recuerdo real que tenía.

"Te he echado tanto de menos" dijo entonces el otro, aunque ni con esa declaración le hizo abrir los ojos para mirarle. ¿Echarle de menos? ¿Se conocían?

Bucky estaba mirando el campo lleno de cuerpos. El Capitán América a su lado, con pose digna. Él adoraba a ese héroe como nada antes. Siempre había sido invisible o le habían tratado con condescendencia, como si fuera una simple mascota o un caso de caridad del que se habían sentido obligados a cuidar.

Pero cada vez que salía con el superhéroe se sentía importante y útil. Se sentía válido y reconocido cada vez que los azules ojos de Steve se fijaban en él. Y tal, sólo tal vez, tuviera un crush muy importante con él.

Parpadeó, aún con confusión, de esa imagen concreta.

Pero se le olvidó al mirarle fijamente.

Ojalá supiera quién era.

"Кто ты?" le preguntó.

"Steve" volvió a decir.

"¿Sólo Steve?" preguntó, aunque no sabía por qué lo hacía.

"Sólo Steve" confirmó el rubio. "Vamos, Bucks. Tienes que alimentarte"

El moreno suspiró. Odiaba las intravenosas, le picaban y si trataba de quitárselas, le dolían. No es que él supiera mucho sobre dolor, podía aguantar cualquier dolor- estaba entrenado para ello- pero el picor era un asco. Y si podía ahorrarse ambos, lo profería.

Le tendió la mano, asintiendo.

"Acabemos rápido" dijo, mostrando donde antes había estado un moretón por la intravenosa. Sin embargo, el rubio no se dio cuenta, cogió el plato que antes había apartado y se lo puso en frente.

Olía realmente deliciosa, a decir verdad, pero no sabía qué era lo que pretendía que hiciera con ello.

"Lo ha hecho Natasha. Se le da bien cocinar la carne" Natasha... Natasha Romanov, Black Widow. Objetivo 25896. No hay órdenes de destruir el objetivo.

"No..." empezó a hablar, trabándose. "¿Que debo...?"

Señaló al plato y luego a su mano. Sí, había visto a personas comer antes. Pero él era un arma, no tenía una identidad. No era una persona. No eres alguien, eres un algo. Pero Steve ha dicho que me llamo Bucky. Las personas ponen a los objetos nombres. Él no dijo que yo fuera un objeto. Dijo que soy Bucky.

Eres (no soy) un objeto.

Steve miró la mano que se le facilitaba y al hombre agazapado.

"¿No estás hambriento?" preguntó, confundido. El dolor de estómago del moreno, como si tuviera un hoyo negro en él, tal vez le debería de decir algo, pero no lo hacía. No lo entendía.

"No sé" dijo finalmente, confundido. "¿Cuándo vas a ponerme la intravenosa?"

Hubo un segundo de silencio entre los dos, en el que Steve parecía estar procesando la nueva información.

"Es-espera un segundo aquí" dijo con una mueca extraña, para luego levantarse de ahí y salir de la habitación rápidamente, cerrando la puerta detrás suyo y llevándose el plato con él.

Y él decidió obedecer. Obedecer estaba bien, era sencillo. Estaba dentro de su zona de confort. Tal vez Steve era su nuevo amo.

Como buena arma, sólo espera ser utilizado. ¿Crees que Steve piensa que soy un buen instrumento? Bueno, si no piensas quedarte con algo, no le pones nombre, ¿cierto?

Cerró los ojos, se rascó la tripa por encima de la sudadera que Steve le había dado tratando de calmar lo que fuera que sintiera y, tras asegurarse de que nadie iba a entrar mientras Steve no estuviera, tal vez se durmiera o se desmayara. Lo que primero llegara a él.

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Кто ты: ¿Quién eres?

Till the end of the line (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora