Till the end of the line (Stucky)

Buenos Días, soldado (alternativo-normal)

N/A: he decidido hacer una versión alternativa del final, porque después de releerlo todo me he deprimido hasta a mí misma. Podéis pensar que este es el verdadero final de un universo alternativo y el otro es de Ultimate xD (chistes internos de gorda fan)

No sabía qué hora era, la luz aún no entraba por la ventana, cuando me encontré a mí mismo mirando al techo, con el brazo de Steve en mi cintura, pesándome. Steve era enorme, con esos brazos que parecían piernas y esas piernas que parecían árboles y, en general, que una persona así tuviera complejo de pulpo al final te acababa aplastando.

No me quejaba, no. Tener a Steve, envuelto a mi alrededor, era increiblemente agradable y me hacía sentirme bien por primera vez en demasiado tiempo. Era paz aquello que me recorría. No tenía que estar alerta, no tenía nada que temer ni nada de lo que preocuparme.

Era yo.

Sabía que aún me quedaba mucho para recorrer. Tal vez acepte ir a ese psicólogo que Steve me dijo para tratar mi TEPT y poder ser aquello de debería ser. Pero primero, antes de nada, necesitaba ir al baño.

Mi primer intento de incursión fue absolutamente inútil. Steve se abrazó más fuerte a mi cintura. haciendo que estuviéramos más cerca. Su aliento chocaba directamente contra mi cuello, dejando con él una estela de estremecimiento. Cerré los ojos un momento, disfrutando unos segundos de estos momentos.

Me gustaba, pero de verdad, tenía que ir a evacuar si no quería tener un accidente. Mi segundo intento acabó con Steve encima de mí, sin dejarme salir.

"Steve..."

"Mío" dijo, casi babeando mi pecho. Estaba sobre mí, con sus brazos a mi alrededor, sus piernas en las mías.

"Steve, tengo que ir al baño" dije, sonriendo a mi pesar. El tirón poco conocido de mi boca, y una extraña sensación que no era hambre, no, ni completamente agradable. Era algo que me revolvía y que debía empezar a identificar como nervios ante la persona querida.

Dios, mis propios pensamientos a veces me mareaban y me hacían pensar... ¿Antes yo era así? Pregunta de la que realmente quería respuesta.

"No"

"En serio, tengo que ir"

"In sirii, tingi qui ir"

"Infantil"

"No"

Suspiré y me quedé unos segundos quieto, esperando. Steve se durmió antes de lo esperado, relajando su cuerpo, seguramente pensando que yo también lo había hecho.

Aproveché entonces para deslizarme con mucho ciudado, y saltar antes de que pudiera alcanzarme. Se removió en sueños, quejándose, pero inmediatamente se volvió a dormir. Hice un gesto de la victoria en silencio, y fui lo más callado posible.

Al entrar al baño, miré mi reflejo. No me parecía a la primera vez que me miré. La persona que me devolvía la mirada estaba, aunque serio, más sereno que enfadado. La postura relajada, sin ningun voz acechando. La mirada tranquila, azul oscura.

Era todo lo contrario al principio.

Cuando acabé, fui a la cocina a por algo para comer, cojeando un poco. Maldito Steve.

Esa era la línea de pensamiento, cuando escuché un ruido. Me pegué de manera institiva a la pared, tratando de fundirme con las sombras. No eran los pasos de Steve ni los de Anthony. Y desde luego, tampoco eran los de Nat. Por el ritmo, eran tres personas, hombres si no estaba equivocado.