Maldito punk

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Bucky se despertó porque Steve le llamó. Tenía la voz extraña, derramando un sentimiento de él. Miedo.

"Bucky, vamos a bajar a la calle" cuando esas palabras salieron de sus labios no pude evitar negar con la cabeza.

"No" dijo Bucky, asustado.

"Bucks..." Steve respiró hondo. "Hay un incendio en el edificio. Tenemos que salir. Por favor"

Los ojos azules de Steve no abandonaron el rostro de Bucky quien, al final, acabó asintiendo y tomando la mano que el rubio le tendía.

De todas maneras, él ya estaba un poco mejor. Salía con Nat y Steve al balcón para ver el sol. A Bucky le gustaba el sol. Y Steve le recordaba al astro rey.

Se pusieron en pie, Bucky llevaba una sudadera de Steve y unos pantalones de deporte. Se puso las deportivas y salió a la sala. Eso era fácil, lo había hecho muchas veces.

Steve abrió la puerta que daba al pasillo y pudo ver el humo.

"Vamos Bucky" volvió a tender la mano y volví a cogérsela. "Tenemos que correr. No pienses en nada, simplemente salgamos"

Bucky sentía que sus manos sudaban y que en cualquier momento iba a escurrirse de su agarre. Pero la mano del rubio era segura y parecía anclarse a él, sin soltarle nunca.

Empezaron a bajar las escaleras, trataba de no pensar en mucho, trataba de llevarlo bien. Estaba ansioso porque había muchos flancos por el que podrían atacar y él no controlaba el lugar. Sin embargo la presencia de su compañero le daba consuelo.

Casi sin mirar a los lados, pero escuchando al resto de personas entrar en pánico aunque siempre evitándolos, bajando rápidamente. En el decimoctavo piso era donde más humo salía y Bucky pudo deducirlo con facilidad.

Un punto para mí.

Por fin, llegaron a lo que parecía la entrada. Era enorme y con apenas mobiliario, lo que se agradecía, ya que todo estaba lleno. Un montón de cuerpos, todos pegados con todos. Steve llevó a Bucky entre sus brazos, estrechándolo y protegiéndolo como una barrera. Pero el moreno no podía dejar de verlo todo. Enormes pantallas en las paredes donde aparecía la misma mujer explicando cómo debían mantener la calma, todo el mundo nervioso y saliendo.

Y nada mejoró para Bucky cuando salí de la propiedad. Abrí los ojos al máximo, como si esas luces se fueran a ir si los cerrara.

Mucha gente, todos en pijama, se arremolinaba. Un montón de extraños coches, nada parecidos a los que recordaba, todo el mundo hablando con aparatos, las luces parpadeantes, los enormes edificios que llegaban hasta el cielo, que él mismo había visto desde el balcón.

Empezó a notar la respiración pesada, el lugar daba vueltas. Una mujer gritó justo antes de que un estruendoso sonido hiciera que se encogiera.

De nuevo, ya no estaba allí. Dio varias vueltas alrededor, era una presa fácil.

"¿Bucks?" Preguntó Steve. Pero le dio igual.

Corrió. Escuché a Steve llamarme, pero no me detuvo. Era rápido, aún y sin haber entrenado en tiempo, podía ser tan veloz como el capitán. Incluso un poco más al ser más pequeño y ágil.

No supo a donde le llevaban los pies, él sólo se alejaba. Quería esconderse y no sabía por qué. Muchas veces no entendía nada. Y el hecho de que daba igual a donde mirara, las casas, las personas, los coches, los ruidos, fueran tan diferentes a todo lo que él realmente recordaba. No de cuando le obligaban a hacer cosas, no de cuando era una máquina.

Sino de cuando Steve y él estaban en un tiempo anterior.

Sus pasos se detuvieron en frente de un museo. Uno grande.

Till the end of the line (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora