41: el viaje a Arabia

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Desperté en la mañana, estaba en medio de los brazos de  Luis, habíamos dormido toda la noche en esta posición, era tan placentero, y a la vez tan cómodo, podría quedarme en este lugar por siempre, sintiendo sus abdominales y su duro y tonificado pecho, sin recalcar sus brazos, que lucen perfectos, no quería alejarme de esos cabellos oscuros y pestañas largas

Me moví un poco para liberarme de sus enormes y fornidos brazos, trate de no despertarlo pero  lastimosamente se removió y abrió sus ojos, estaban brillando, ese negro oscuro que me hace ver mas allá de lo que normalmente esta a mi alrededor, se veía tan hermoso, el me sonrió y yo le correspondí

- como dormiste amor? -

Sonreí cuando esa ultima palabra salio de sus labios, esa palabra que después de tanto tiempo no la había pronunciado. El se dio cuenta de mi reacción, y opto por abrazarme fuertemente, es tan buen novio. Me senté en la cama, ya no dolía pero habían algunas gotas de sangre esparcidas por ahí, sentí que mis pechos dolían. Deje a Luis allí en la cama, al parecer quería seguir durmiendo, no quería incomodarlo, quizás sean pocas veces en años en los que quizás pueda estar tan tranquilo

Me cubrí con la manta, y me dirigí al baño. Deje caer la manta al piso, algo me alarme demasiado cuando vi moretones en mis pechos, estaban morados y rosados, tardaría dos o tres semanas en borrarse, quizás un mes. Toque mis pechos y dolían un poco, parezco mujer de lucha libre, y creo que estoy peor que una de ellas.

Salí nuevamente del baño con la manta encima y este todavía estaba allí acostado, me subí en su regazo y empecé a pegarle puños en su cuerpo, era obvio que no sentía ni cosquillas pero quería que sintiera mi rabia y mi enojo, nadie en mi vida me ha hecho semejantes hematomas y mas en mi cuerpo

- ya para, para, para, por favor¡¡¡- se levanto apenas sintió los golpes aunque creo que no le dolió ni un poco, mi rostro estaba rojo de la impotencia, podría jurar que salia humo de mis orejas, me tomo de las manos con fuerza - ahora que te paso, porque me pegas de es forma? - dijo - te volviste loca? -

Sus palabras me hirieron, mis ojos estaban a punto de llorar

- eres un maldito idiota - dije con rabia

- ahora que hice ?- dijo

Me solté de su agarre y me quite la manta de encima dejándola caer al suelo

Mis pechos quedaron a plena vista, el me miro y observó detenidamente, solo me miro pero no dijo nada

- no soy ningún tipo de ganado para que me estés marcando - dije mientras que este solo se tumbaba de nuevo a la cama y se tapó la cara con una almohada - que crees que va a pensar mi padre si se entera de eso? - dije

- a caso planeas decirle?- preguntó

- no pero creo que el vio esta escena mucho tiempo atrás- dije

- no se no me importa - respondió sin importarle

Dijo muy seco, estaba tan extraño, su actitud no era así, claro que lo desperté de un cómodo sueño quizás pero no lo justifica, me levante de su regazo, saque unas cuantas prendas del ropero, y me di una ducha rapida

Mi celular vibró, había recibido un msm, era un numero extraño

""hola kei, hablas con Ian, tienes la tarde libre?""- escribió Ian

"" si"" - le di enviar sin importar, de hecho no tenia pensado nada

"" quieres salir, no se a caminar un rato""- me escribió nuevamente

"" dale""- escribí

"" te espero en el parque de la plaza en una hora vale?""

"" ok ""- le di enviar nuevamente

Penetrando El Bosque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora