Capítulo 17

27 1 0
                                    

El día siguiente, juraría que había perdido todo el color en mi piel.

—Buenos días. —dijo mi madre, y entró por la puerta de mi habitación.

—Hola. —dije.

Ella me miró, preocupada. Para entonces no me había visto en el espejo.

—Está algo pálida. ¿Te sientes mal?

—No. —dije.

Me puse de pie y caminé hacia el baño. Estaba pálida, y las ojeras debajo de mis ojos eran mucho más notables. Estaba segura que ni siquiera un kilo de maquillaje las taparía.

—¿Te quedarás en casa? —preguntó mi mamá.

—Supongo que sí.

—Bien, llamaré al trabajo y...

—No tienes que quedarte. Probablemente pase todo el día durmiendo.

Ella soltó un suspiro y pellizcó suavemente mi mejilla izquierda.

—Bueno, entonces creo que iré a trabajar.

Mi madre se había ido, y me quedé sola. Ya no tenía sueño, y el silencio que me hacía compañía ya comenzaba a molestarme. Por lo que decidí ir a la escuela.

Me cambié lo más rápido que pude, y llamé a un taxi. Aunque quisiera, no podría manejar.

Veinte minutos después, el taxi había llegado. Tomé mi mochila y me subí en los asientos traseros del auto.

—Buenos días. —dijo una señora.

—Buenos días.

—¿A dónde te llevo?

—Necesito ir a North Lake High School. —dije.

—Muy bien. —y arrancó el auto.

Ella tenía el cabello liso y negro, le caía por los hombros. También, una piel impresionantemente limpia.

—Oye, no te lo tomes a mal pero, creo que necesitas un bronceado. Si llamas a la tienda en el mall, diles que conoces a Denisse, y te darán un descuento.

Yo reí por lo bajo.

—¿Quién es Denisse? —pregunté.

—Denisse Hathaway, su servidora. —Y me extendió su mano como pudo, y la estreché.

—Bueno, Denisse. Me encantaría tener un bronceado. Soy Alex, por cierto.

—No es por ser molesta pero, ¿tu tono de piel es ese, natural? –preguntó.

Sonreí aunque ella no me pudiera ver.

—En realidad no. Digamos que el día de hoy el color dejó mi piel por un rato.

—¿A qué te refieres?

—Periadeoamina.

—Háblame en español. —dijo.

—Es un tratamiento médico. Ayer tuve mi primer tratamiento, y eso causó mi palidez.

—¿Tratamiento? —su curiosidad no me molestaba en absoluto, al contrario, me agradaba.

—Es una enfermedad. Mi cuerpo, en vez de atacar las enfermedades, ataca mis células buenas. Y bueno, es prácticamente eso.

Denisse calló durante unos segundos.

—Lo siento, no debí haber preguntado.

—No te preocupes. —dije.

—Bueno, creo que ya llegamos a tu escuela. —dijo, y estacionó el auto enfrente de la escuela.

Alex & Nate [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora