Capítulo 7

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Habían pasado exactamente 17 días después de lo del mirador.

—Te veo en biología. —dijo Nate.

Guardaba algunos libros en mi mochila y otros los metía al casillero.
Alguien tocó mi hombro.

—Hola. —dijo.

Su nombre es Victoria Wolff, candidata a reina del baile de bienvenida.

—Hmm hola. —dije.

—¿Quién eres? —preguntó.

—Alex —dije confundida.

—Entonces, ¿por qué no te alejas de mi novio?

—¿Tu novio quién? —contesté con ironía.

—Creo que es bastante obvio. Deja de acosar a Nate.

—¿Nate? Pensé que...

—No, es sólo una etapa. Volveremos. -dijo.

Alcé las cejas, estaba confundida.

—Escucha... —dije.

—No, tú escucha Alex. Aléjate de él ¿de acuerdo?

Ella se alejó un poco y sonrió.
No sabía lo que había pasado, no entendía.

Mi teléfono sonó en la última clase del día, historia.
Abrí un mensaje de un número desconocido. El mensaje era una foto de Nate y Victoria besándose, y debajo tenía escrito "te lo dije".
Volteé hacia atrás por inercia, sentía una mirada sobre mi nuca, y definitivamente era Victoria, ella sonreía.
Ella me había mandado el mensaje, e hizo que me hirviera la sangre.

Recordé que Nate tenía entrenamiento ese día, así que al terminar las clases fui directo a los vestidores.

—Nate —dije cruzando la puerta de los vestidores de hombres.

Escuchaba risas y exclamaciones de asombro.

—¿Qué les pasa? ¿Qué nunca habían visto a una chica? —dije.

La mayoría de los chicos estaban sin camisetas y otros sin pantalones. Quería reírme tan fuerte como pudiera, pero me desvié y ni recordaba para qué había venido.
Toqué el hombro de un chico sin camiseta. Volteó y vi que era Kevin.

—Wow, entonces tú eres... ¿qué haces aquí adentro?

—¿Haz visto a Nate?

—¿Nate? Hmm, creo que está por allá.

—Gracias. —dije.

—Oye, no creo que debas de estar aquí.

—Digo lo mismo de ti, tomando en cuenta que perteneces al equipo de soccer y no de fútbol americano.

—Bueno, quise cambiar un poco.

—Bien por ti. —dije retrocediendo hasta que choqué contra alguien.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Nate. No tenía camiseta y es la primera vez que veía sus abdominales. Me estaba poniendo algo nerviosa.

—Hmm, ¿podemos hablar? —dije.

—Sí, espera. -volvió unos pasos hacia atrás y tomó una camiseta que estaba en una de las bancas.

Salimos de los vestidores y nos dirigimos a las gradas del campo.

—¿Y bien? ¿De qué quieres hablar?

—Bueno, recibí un mensaje que, bueno mejor te lo muestro.
Saqué mi teléfono y él me veía desconcertado. Puse mi teléfono frente a sus ojos.

Alex & Nate [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora