Capítulo 19

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Logan manejó el auto de Nate esta vez, pues estaba algo aturdido.

Nate y yo íbamos en el asiento de atrás, todos en silencio.

Volteé hacia él, la sangre le había bajado hasta el codo. Se me erizó la piel.

Bajó su mirada, y pudo ver que yo lo veía. Él sólo sonrío. No se veía enojado, molesto ni adolorido.
No había notado el fuerte dolor ardiendo en mi pecho, hasta que el aturdimiento se apagó.

—¿Qué pasó? —preguntó.

Puso su mano en mi rodilla, como gesto para que me tranquilizara.
Le conté la historia en el resto del camino y él no dijo ni una palabra.
Cuando terminé, él suspiró.

—Es un idiota. Si me lo vuelvo a topar...

—Nada, lo verás en la escuela, entrenamientos. No harás nada. —le dije.

Apretó la mandíbula y le pegó un puñetazo al asiento de enfrente.

—¡Ay! —gritó Logan. —No esperaba que me golpearas a mí.

Me reí un poco.

—Lo siento. —dijo. 

—No tienes por qué preocuparte. Siempre supe que Kevin era un estúpido. —comentó Logan.

Me pasó el brazo arriba de los hombros y me besó la frente.

—Voy a matarlo si lo vuelvo a ver cerca de ti —dijo mi hermano.

Sonreí, a pesar de que él no me pudiera ver.

Llegamos a mi casa y sentí el alivio total.
Comencé a buscar el kit de emergencias y saqué lo necesario para curar las heridas de Nate.

Él se sentó en una de las sillas de la barra. Me paré frente a él, pero me rebasaba en altura, así que no podía alcanzar lo que tenía que curar.
Él rió y se puso de pie. Yo me senté en la silla para estar a su altura.

Comencé con la herida de su brazo.
Puse un poco de alcohol en una bolita de algodón, y comencé a limpiarle la sangre.

—¿Cómo te hiciste esto? —le dije.

—Cuando estábamos a punto de irnos, supongo que tomó uno de los vidrios de una botella rota, y me cortó el brazo. Fue ahí cuando me volteé de nuevo a golpearlo.

—Ah. —dije.

Me sentí mal por él. De seguro desde ese día me consideraría un problema. Pues causé una pelea innecesaria.
Cuando ya no sangraba más, le puse trocitos de cinta médica.

Me pasé a su mano. Sus nudillos estaban rojos y un poco manchados con sangre, y esa sangre no era suya, era de Kevin. Le vendé la mano.

Lo último eran su boca.Tenía una pequeña cortada en la comisura de los labios y otra más en el labio inferior mismo.
Le puse un pedazo de cinta médica y volví a guardar todo en su lugar.

—Gracias. —dijo él.

—Es lo mínimo que puedo hacer por lo de hoy. Me siento horrible.

—No fue tu culpa, Alexis.

Le sonreí y me besó.

—Bueno, creo que es hora de irme.

—¿Quieres que te lleve? —le preguntó Logan desde la sala. No sabía que seguía ahí.

—No, estoy bien hermano. Gracias.

Tomó las llaves de su auto y se dirigió a la puerta.

—Buenas noches. —dijo, y se despidió con un abrazo.

Me dirigí a la sala, donde Logan estaba sentado. Me senté a su lado; sentí la mirada sobre mí.

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—Dime tú.

Me quedé en silencio.

—¿Te sientes bien?

—Sí. —dije.

Me sentía bien. Sólo me punzaba la cabeza y sentía mucho cansancio.
Todo este drama me dejó agotada, y lo único que quería era ir a dormir.

Le pedí a mi hermano que me contara cómo fue su noche. Hacía tiempo que no platicábamos de esa manera.
Lo escuché, pero cada minuto que pasaba sentía más pesada la parte de atrás de la cabeza, así que me recargué en él.
Y así como así fui quedándome dormida.

Alex & Nate [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora