Daniel

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Alex

- Bueno... ahora que me has contado todo Alex, nosotros también necesitamos contarte algo, ojala estuviera Alice aquí...-suspiro mi padre, como si fuera muy difícil para el- poco después de que se fueran nos enteramos que tu madre estaba embarazada –tomo la mano de mi madre- fuimos felices por un momento, pasaron dos meses y todo estaba perfectamente hasta que... -su voz se rompió-

- Un día... tuve una hemorragia muy fuerte, amor esto fue muy difícil, íbamos a tener otro bebé y estábamos emocionados, ese día nos fuimos rapidísimo al hospital pero fue demasiado tarde –lloro fuerte- lo perdí amor –volteo conmigo, ya tenía los ojos cristalizados- pensamos que esto había sido un castigo de Dios porque no habíamos sabido cuidar de nuestros otros dos hijos, fue muy doloroso... -agacho su cabeza-

- Mamá... lo siento mucho –sinceramente me dolía, porque casi habíamos sufrido lo mismo Cristina y yo cuando ella se puso mal- en verdad lo siento...

- No fue la culpa de nadie –hablo papá-

- Poco después había caído en una terrible depresión y no sabía cómo salir de ella, era tan difícil –derrotada- pero después tu padre me dio una idea, porque no adoptamos? Me dijo ese día –le sonrió- y decidimos adoptar a una pequeña niña, tenía siete años y nos encantó, la amamos mucho pero ella no pudo venir por la preparatoria, los quiere conocer... ya sabe toda la historia, nosotros mismos se la contamos, no queríamos estropear más la vida de nuestros hijos. Ella sabe que es adoptada y no tiene ningún problema por eso

- Eso es increíble mamá, me da mucho gusto hayan salido adelante y además que le hayan dado un hogar y familia a una niña, también la queremos conocer, cierto amor? –voltee con Cristina, que estaba durmiendo a Nate-

- Claro que sí, cuando este de vacaciones la podemos invitar a estar con nosotros, solo si ella quiere claro –dijo sonriéndole a mis padres, como amaba a esta chica-

- Eso sería fantástico –hablo mi padre amablemente-

Se escuchó el rugir de un auto afuera de la casa, los mayores se sobresaltaron, sabían que era Alice... había llegado la hora de ver a la cara a su pequeña niña y estaban nerviosos.

- Alice esta aquí papá y mamá, después del trabajo ella siempre viene a ver a Nate y se queda a cenar, espero que no reaccione mal, la iré a buscar –dije preocupado-

- Amor –Cristina me tomo de la manga de mi suéter- no dejes que se altere...

- Lo sé- lo sabía, lo decía por el bebé- ahora regreso...

Salí, estaba un poco nervioso no sabía cuál sería la reacción de Alice y me preocupaba eso, no quería que se alterara o algo le pasara a su bebé, está en sus primeros meses y son los más riesgosos, para ella más debido a su anemia previa.

- Hola nena, como estas? –abrí la puerta que ella estaba a punto de abrir- como ha estado tu día?

- Excelente, que pasa? –me miro extraño- porque te ves tan raro?

- Por nada

- Ya, dime. –dijo sin tolerancia-

- Bueno es que, tenemos visita...

- Por eso no quieres que entre? Llegue en mal momento? Lo siento... ahora mismo me voy, de verdad perdón –avergonzada-

- Viene a vernos a ti y a mi

- A mí? Que raro... quién?

- ...mamá y... papá –nervioso-

- Que? Eres muy chistoso, anda hazte a un lado, déjame entrar –entro por un lado de la puerta, y dejo sus llaves en la mesa del recibidor mientras yo la seguía nervioso-

De mi, Para ti ® (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora