Y no quiero mas adolescentes rotos,
no quiero más adolescentes perdidos,
adolescentes con sonrisas forzadas,
adolescentes que se desvelan para no suspender.
Niños que un día cambiaron sus peluches por una almohada empapada en lágrimas,
niños que cambiaron canciones infantiles y saltos por caras largas y cascos,
niños que rompieron sus juguetes en momentos de rabia,
niños que un día dejaron de ser niños.
Adolescentes que echan de menos ser pequeños.
Adolescentes que se sienten desaparecer, que quieren gritar y no pueden.
No quiero más adolescentes que cierran de un portazo en pleno ataque de rabia o que su rutina incluye un ataque de ansiedad.
¿Qué pasó con aquellos niños felices?
Se convirtieron en adolescentes rotos.
