Y de pronto se vuelve fría.
El corazón envuelto en hielo.
Palabras envenenadas.
Susurros de odio.
La corriente helada recorre sus conversaciones.
Desata el enfado de quien amó y quien la ama.
Recuerda suspiros y duele aún más.
Más dolor implica más indiferencia.
Cuantos menos sentimientos demuestre más fuerte parece.
Cierra los ojos y le mira.
No quiere revivir el dolor.
Adiós, repite por última vez.