No me gusta el infinito,
porque sé que tiene fin.
No me gusta la distancia,
la añoranza que hay en mi.
No me gusta que me faltes
cuando me acostumbro a ti.
Me gusta cuando te vas,
y por sorpresa, vienes a mi.
No me gustan mis "¿Por qué?"
si no puedes responderme.
No me gusta cuando dudas
sólo por miedo a perderte,
y aunque a veces lo dude,
y no sepa si es así,
es extraño, aunque me guste,
ir acostumbrándome a ti.