Cielo decía que era,
y lo parecía.
Vimos la nube primera,
era nuestra manía,
era como ligera,
y parecía vacía.
Blanca, nube verdadera,
diosa en filosofía,
en ese cielo pasajera,
y ahora poesía,
caíste en primavera,
y te haré melodía.
Cielo decía que era,
y lo parecía.
Te regalé una compañera:
estrella, fantasía,
que haga de frontera
entre noche y día,
que sea tu bandera
llena de simetría.
Cielo decía que era,
sólo lo parecía.