Traspasemos la línea de lo desconocido,
no volver a dudar,
no agachar la mirada,
aunque sintiendo, perdamos el sentido.
Sin subestimar el poder del tacto,
no mires, ni pienses,
sólo desliza,
sueños en algo compacto.
Y sin perder la mirada,
aunque rías,
y te haga gracia,
hace nuestra magia privada.
Con la melodía de su sonrisa,
pájaro libre,
vuela alto,
aunque todo pase tan deprisa.
Ese segundo con caricia,
los sentimientos,
la mirada,
nos da desconocida valentía.