REEVIVIENDO HISTORIAS

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Rumanía era el lugar escogido para hacer una especial conmemoración al museo de Nueva York por todas las exposiciones, pintores, escultores y galas hechas. Los directivos y presidente de la organización estaban invitados a dicha celebración, y dos personas, se reencontrarían.

Un año había transcurrido y sus vidas habían cambiado, le habían hablado del otro a la persona con la que estaban, y de la importancia de estos, pero no esperaron verse de nuevo. Habían pasado 12 meses con muy buenas cosas para el otro, personal y profesionalmente hablando. Verse cara a cara era lo menos planeado, pero si de algo se dieron cuenta Claire y Mark es que el destino siempre hace lo que menos esperan.

—No creí verte por aquí —dijo Mark.

—Ni yo, no lo tenía planeado.

—¿Ahora planeas? —dijo el sonriendo.

—Parece una novedad, pero ahora hago cosas que nunca pensé, gracias a ti.

—Creo que somos dos, debo decirte que este viaje fue de improviso, y eso de improvisar te lo debo a ti.

Ambos estaban solos, sus parejas, Liam y Chelsea los esperaban en la mesa, cada quien en la suya con más amigos esperándolos, ya la ceremonia había empezado y algunas palabras tenía que dirigir Mark a los presentes, pero hablar con Claire, era más importante, luego de todo. Luego de tanto tiempo. Después de todos los cambios sucedidos en sus vidas, gracias al otro.

—¿No se enojará tu novio de que estés aquí conmigo? —Claire sonrió.

—Prometido, y no, no creo que lo haga, de hecho no dudo que venga en un minuto a hablar contigo y a agradecerte, nos comprometimos hace poco, yo le conté de ti, y no dudo que se le ocurra venir a escuchar de tus labios lo distinta que era, en buen sentido, no perdí quien soy, sigo sin tener una residencia fija, sigo viajando, pero encontré a la persona que quiere hacerlo conmigo, y no me importa que lo haga, es más estoy emocionada que lo haga. Pero ¿y tú? ¿Tú esposa no querrá venir a golpearme? —Ambos rieron.

—Claire, no fuiste la única que cambió, yo también lo hice, y Chelsea no es mi esposa, es mi novia, una novia parecida a ti en mentalidad, y como bien dices, a mí tampoco me importa ya que lo sucedido me hizo comprender que estoy bien con que solo sea mi novia, y no la señora Brunett, quiero conocerla, ver si lo nuestro puede funcionar, si aceptaría mi manera de vivir y yo la de ella. Todo es diferente Claire, ahora vivo el momento, planeo menos y disfruto más —Ella sonrió

—Yo también, pero ahora hago compromisos, creo en la gente o por lo menos quiero creer en ella, hasta asistente personal tengo, y no solo de trabajo, me ayuda con cosas que antes hacía sola y que no creí cederlas a nadie más. ¿Y sabes qué? —él la miró fijamente—. Aunque sé que ya te lo he dicho, en serio gracias, luego de todo este tiempo me di cuenta que llegaste a mi vida por una razón, por un motivo, y es que abriera mis ojos y entendiera que no vivo sola en este mundo y que no todos piensan como yo y no cambie del todo, sigo en esencia siendo quien soy, pero ahora, créeme, soy más feliz.

—Si estamos en agradecimientos, yo tengo que darte millones de ellas, porque no solo me diste cambios personales, emocionales, sino laborales, estoy feliz con el puesto, con asumir retos yo y no culpar a las personas de mis males, nunca pensé que el simple hecho de contratarte me llevara a todas estas maravillas. Agradezco que hayas entrado por mi puerta y a mi vida, de verdad, gracias Claire.  

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