**Rumania**
—Todavía no sé porque huiste esa noche.
—Es muy simple. No quería crearte falsas ilusiones —ella tomó su mano—. Esa noche me hiciste feliz, me hiciste el amor, no solo fue sexo. Me encantó que sucediera, pero también me sentía confundida, contigo y conmigo misma, si me quedaba significaría que tenía que hablar contigo la mañana siguiente, y yo no estaba preparada, no sabía que decirte.
—¿Te gustó? —dijo agachando la mirada.
—Por supuesto —le dijo Claire ayudándolo a levantar el rostro—, me hiciste feliz, pero comprendí que yo no podía hacerlo, no a largo plazo —él la miró—. Sí por eso mismo me escondí y te evité esa semana, por eso iba a comer con alguien más del equipo, necesitaba tiempo para pensar para explicarte que yo no era la mujer adecuada para ti. Por más feliz que me hicieras, aun así había algo, algo que no podía explicar. Sé que Chelsea lo tiene, y ahora comprendo que por eso me fui de tu vida. Para que ella llegara —Mark la miró fijamente.
—Sabía que eras una mujer inteligente. Hoy lo confirmo. Pero quiero que te quede algo muy claro, me hiciste muy feliz, demasiado.
—¿No te molestó que me alejara esa vez?
—Para serte sincero, apenas lo estoy entendiendo, tuvimos tanto trabajo. La inauguración de la sala de Van Gogh, las piezas que llegaron para tu exposición.
—Salíamos tarde, entrabamos temprano. Tú salías junto con los que comían tarde y yo estaba lleno de juntas y citas. Lo que me dolió fue no estar contigo esa semana. Te veía y más de lo normal, pero te extrañaba.
**Museo de Nueva York, un año antes**
Era la segunda semana no se habían visto y él estaba impaciente, sabía que ese sábado necesitaban estar juntos, no podía dejar pasar una semana sin citas. Posiblemente no llegarían a las 10 y no tenía que desaprovecharlo.
Así que Mark en jeans y camisa de lino, con impecables zapatos de vestir cafés, fue al departamento de ella. Tenía que verla. Sacó su dirección de la base de datos, y recordando a donde la había llevado en la segunda cita fue en rumbo a ella.
No estaba lejos de su departamento, y no tardó en llegar. Subió al quinto piso. Departamento 58- B. Llevaba flores en la mano y una botella de vino en la otra y tocó el timbre.
Al primero nadie respondió, pero sabía que ella estaba ahí, así que volvió a timbrar. Un tercero se hizo presente al igual que una voz furiosa dentro del departamento.
—¿Por qué timbra tanto? —grito furiosa Claire—. Mark, ¿qué haces aquí?
—Vine a verte, pero creo que en serio no esperabas a nadie —le dijo viéndola completamente, llevaba unos pans gris y una camisa blanca pegada a su cuerpo, una coleta alta y sus lentes. Además que calzaba pantuflas—. Te ves bella —ella sonrió.
—No, no esperaba a nadie, estoy hasta la cabeza de trabajo y eso planeaba hacer. Trabajar.
—Creo que puedes tomarte un poco de tiempo, si quieres, sino me voy —Claire lo miró, traía ropa relajada, menos que ella, pero quería relajarse junto con ella, y fue a su casa, con flores y vino, y ella lo había evitado y a él no le importaba. No podía despreciarlo.
—Pasa, creo que prefiero tú compañía a seguir trabajando.
—¿Trabajando? Suena muy mal para un sábado en la noche.
Mark entró en el departamento de Claire, ella tenía razón, aunque era un lugar acogedor no había comedor y su sala no era el centro de la casa, como en la de él, era abierta pero estaba casi pegada la sala a la cocina y solo tenía una barra para desayunar o tomar alimentos. De lado izquierdo a la entrada estaba un cuarto y su estudio, donde estaba trabajando, de lado contiguo a la entrada y enfrente estaba de su estudio.
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Pasión Fugaz | | Completa | |
RomanceMark dejó de correr por el mundo para obtener respuestas y esperó a que la vida le ayudara a encontrarlas. Claire vivió y río plenamente cuando descubrió que podía hacerlo con alguien y que no iba a dejar de ser quien era, además, que la hacía mejor...