**Rumania**
—Luego de esa noche ya no sabía qué hacer, me quedaban 2 semanas, te quedaban 5 citas y yo..., creo que si me enamoré y no sabía qué hacer, me sentía culpable, me estaba entregando, algo que en mi vida pensé. No quería. Estaba revuelta, confundida, me excitabas, me gustabas, pero al mismo tiempo me quería ir, estaba feliz por mi siguiente viaje y quería decírtelo y tú, tú me diste una noche llena de sexo... —él la interrumpió.
—Nunca había hecho algo parecido, algo que me encantara hacer y al mismo tiempo no me diera vergüenza, es difícil decirle a alguien ciertas fantasías y tú cumpliste todas las que tenía. Luego de esos días, tenía que decirte que quería que te quedaras, que fueras solo mía. Pero tú me sorprendiste, me evitaste 2 días y eso si lo noté, hasta el miércoles que te invité a cenar fue cuando pronunciaste palabra.
—Estaba aterrada, nunca me había sentido así. Me tenía que ir y..., sentí que no te quería dejar, pero, también quería, pero luego de hablar contigo fue distinto. Me hiciste las cosas más fáciles, y ahí supe que avancé, que tú lo hiciste, que debíamos darnos lo mejor y decir adiós.
—¿Maduré más que tú? —ella asintió.
—Pero sirvió para que yo pudiera hacerlo y fue bueno. Esa noche fuiste más caballero y lindo que nunca. Fuiste mi héroe.
**Museo de Nueva York, un año antes**
La cita estaba pautada para esa noche, era la tercera semana de Claire en Nueva York. Debía de ir al departamento de él, una cena los esperaría y ella deseaba que la verdad saliera a la luz y con ello un posible rompimiento. Era su sexta cita, su tercera semana, estaban por inaugurar la siguiente semana la galería y además en breve se iría. Iba a ser una semana muy complicada, Mark lo sabría, el trabajo era lo principal, pero quería disfrutarla con ella. Solo con ella. Y que el trabajo pasara a segundo plano. Todo por ella.
Claire llegó a las 6:45, luego de salir del museo y de su segunda inauguración de sala remodelada, no tenía cabeza para algo más y se fue directa donde Mark, que había salido tiempo antes, ya que tenía una junta que lo desocupó temprano. Estaba cocinando para ella, tenía casi todo listo de sus albóndigas suecas y ensalada cesar, el vino se estaba enfriando cuando sonó el timbre. Era ella.
—Bienvenida hermosa —dijo abriéndole la puerta y dándole un beso.
—Debemos hablar Mark, en serio, no puedo tolerar más esto.
—¿Pasa algo? Me estás preocupando.
—Es sobre nosotros. No pude ni siquiera irme a cambiar, estoy mal, necesito sacarlo, tú has sido tan bueno, tan lindo, tan buen amante que yo..., necesito serte sincera.
Mark se preocupó y la llevó directo a la sala, pero ella prefirió irse a la barra, se sentaron juntos, demasiado, ella respiró y sin esperar más tiempo, le dijo lo que sentía, no esperaba que él dijera algo. Sabía que lo estaba desilusionando. Le estaba expresando todo, su amor, su miedo, su viaje, ella se iba a ir y no lo iba a dejar pasar, Rumania era excelente lugar para seguir su carrera, quería poder hacerlo con él, pero sabía que no iba a ir, su vida estaba en Nueva York y él también tenía planes. Estaba por empezar su doctorado, iban a promoverlo en el museo, tendría más voz y voto, y él se lo merecía. Ambos estaban confundidos, por primera vez ella se sentía comprometida y él por alguna extraña razón sabía que debía dejarla ir. Ella merecía alguien que pudiera vivir todos sus sueños con ella. Y no estar a medias. Ella lo quería. Él la quería, pero en ese mismo amor, estaban en algo de acuerdo. Querían lo mejor para él otro, y por más que doliera, ellos no eran los indicados para ellos.
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Pasión Fugaz | | Completa | |
RomanceMark dejó de correr por el mundo para obtener respuestas y esperó a que la vida le ayudara a encontrarlas. Claire vivió y río plenamente cuando descubrió que podía hacerlo con alguien y que no iba a dejar de ser quien era, además, que la hacía mejor...