VIVA NUEVA YORK.

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Claire Mattews es historiadora, abre y crea exposiciones por todo el mundo, vive intensamente, o muy a la ligera, depende de la perspectiva, no tiene compromisos con la vida y menos con las personas, no tiene un domicilio fijo, vive rodeada de departamentos rentados y conquistas por doquier, tiene una regla y es no esperar ni confiar en nadie a la primera. Para ella son más importantes los hechos, no las palabras. Ha sido muy apegada a su familia, y mientras no tiene trabajo que realizar, siempre está con ellos. Sus padres son muy importantes y un pilar de su vida, aunque no estén del todo de acuerdo con la vida que lleva tan a la ligera, esta mujer rubia y alta, de 35 años con ojos sinceros y verdes, rasgos que a ella le funcionaban para conquistar con su 1.70 y complexión un poco delgada, era algo que le preocupaba del todo, disfrutaba de los placeres de la vida y uno de ellos era la comida que degustan en los diferentes países a los que iba. Claire no es tan pálida ni morena, tiene el bronceado del mediterráneo evitando todo el invierno a lo largo de 4 años, por sus diversos trabajos. La pasión por viajar y la historia de los países la hizo desarrollar su carrera y maestría.

Y eso es lo que la llevó a Nueva York, muy cerca de Mark Brunett, director del museo de la ciudad, un hombre de 33 años, soltero, entregado a su trabajo y que se toma la vida muy enserio, quiere tener una relación para poder dejar su legado por medio de un hijo, pero el amor no ha sido fácil por tener un trabajo tan demandante. Sus muchas relaciones en la vida lo han enseñado a amar intensamente y disfrutar lo que la relación dure, nada mejor que agradecer lo que la vida te da, es un hombre sincero y realista de 1,78, de tez blanca y ojos cafés, al igual que su cabello, fortachón y amante de los gimnasios, a simple vista es guapo y exitoso, pero eso a ella no le importa, ya que Claire llegó a Nueva York con una exposición por montar, ella tiene éxito por sí misma.

Claire tiene 1 mes para hacer lo que la llevó a Nueva York, recibir todas las piezas, trabajar en ellas, conocer y modificar galerías dentro del museo, luego de ese mes, ella partiría con rumbo a Rumanía por otra exposición que comenzaba en Agosto.

Mark es el director de ese museo y llamó a Claire no solo por la nueva exposición, sino porque quería modificar las salas más visitadas para poder así seguir dando la misma calidad y cuidado a las piezas. Ella era una experta y él lo sabía. Lo que no conocía de ella era su facilidad de adaptación y esa libertad que a sus 34 años él no conocía, era más de la idea de tener pareja, vivir la relación y luego formalizarla. Ella no, solo quería vivir la vida y disfrutarla, era más fácil y hace mucho tiempo que no extrañaba personas y no le pedían explicaciones.

Luego de 3 días, él estaba vislumbrado por Claire, quería intentar tener una relación con ella, o convencerla de quedarse, para así, tener algo formal, pero esa no era la idea, y las reglas, eso no quería ella, él lo iba a intentar solo para después probarle que si podía estar con él.

—¿Mark? —dijo entrando a su oficina.

—Dime Claire, ¿necesitas algo? —ella entró meneando esa bella cadera suya subida en sus tacones rojos altos, haciendo contraste con su vestido corto negro, en conjunto de un maquillaje muy ligero que solo resaltaba su belleza.

—No, solo te traía unos bosquejos, de la sala de Van Gogh necesito de tu opinión. Si me das luz verde, mañana comenzamos.

Ella le mostró el diseño y Mark comprobó que no se equivocó contratándola, tenía a la mejor para embellecer el museo.

—Tienes toda mi aprobación, esto es más de lo que me imaginaba. Me alegrará reinaugurar el museo.

—Perfecto, deja me comunico con el personal que hace falta para tener todo en la fecha pactada.

Claire tomó sus dibujos y caminó a su oficina, él la estaba mirando, tenía que serle sincero, tenía que atreverse, era su oportunidad.

—Claire, ¿crees que te apetecería ir a cenar conmigo?

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