Mi nombre es Victoria

Prólogo

La luna no será luna, porque la luna es mirarse: asesinar con los ojos hasta el dolor de la sangre.
Mariano Estrada

Desde hace dos años descubrí que vivía en depresión, realmente nadie lo notó, mi propia familia creía que estaba bien, que sólo "eran cosas de jóvenes", incluso llegaron a creer que todo lo que pasaba conmigo era solo para llamar la atención. Al principio quizá haya sido cierto, quería llamar la atención, no de ellos, por supuesto, sino de alguien, de un chico, de él, el chico más apuesto del colegio, y el más popular claro está, rodeado siempre de chicas y de uno que otro chico, era obvio que jamás se fijaría en mi. Su nombre es Aaron y como era de esperarse, es el líder del equipo de rugby. Aaron, un chico muy lindo para ser verdad, sus ojos son de un color café con un contorno entre gris y azul, su sonrisa blanca como la luna, y cada vez que la miro parece que olvido todo. Uno creería que era feliz, tenía todo lo que cualquier chico de 19 querría, por desgracia eso no era verdad, a pesar de que reía y de que siempre estaba alegre, él no era feliz.
Después me di cuenta que el verdadero motivo de mi depresión fue la muerte de mi primo.
Y es aquí donde todo comenzó.