¿Por qué? ¿Por qué soy alguien tan desdichada? ¿Qué he hecho para conseguir esto? ¿Acaso te insulte, te ofendí, hice algo mal? Dime, Dios, ¿que te he hecho para que tu me hagas esto a mi?
Mi vista comienza a nublarse y siento como me falta el aire.
- Detonación en 3...2...1... ¡Puff!
-¡No! ¡Carajo! Me voy....me va a.....mierda.
Me desmayo y Harriet me atrapa evitado que mi cabeza se azote contra el concreto.
Al despertar es de día, Sábado en la mañana. Tardo un poco en orientarme, esta no es mi casa, no es mi cuarto ni mi cama, ¿en dónde estoy?
- Veo que ya despertaste.
Al escuchar esa voz mis músculos se relajan.
- ¿Que hago aquí Harriet?
- Pues te desmayaste....
- Aaaa, tuve un sueño muy feo, mi mamá fue atropellada en él.
- Ja, ja que absurdo...¿n-no?
- Mmm si, ¿qué pasa? Estas actuando algo raro.
- Nena,- dice rascándose la nuca,- tu mamá si fue atropellada ayer....
- ¡¿Qué?! ¡¿Qué hago yo aquí si ella está en el hospital?! Porque está en el hospital ¡¿verdad?!
- Si, tranquila ella está bien, no fue un impacto tan fuerte. Tiene la pierna enyesada pero fuera de eso está perfectamente bien.
- Mi mamá.- digo sollozando.- mi mamita, ¿por qué? Ay, ¿por qué?
Harriet me toma en sus brazos y trata de calmarme.
- ¿Quieres que te lleve a verla nena?
Asiento y lo abrazo más fuerte.
- Okay, vamos a desayunar y después al hospital. ¿A dónde quieres ir nena?
- No se.
- Mmmmm ¿hay un restaurante llamado "no se"?
Esbozo una sonrisa y agacho la cabeza.
- Oye, nena no estés así por favor. Ella está bien y se pondrá mejor si tu te mantienes fuerte, necesita que le des fuerzas para seguir adelante.
- Esta bien, lo haré. Vamos a desayunar, ¿qué tal al "Café Madero"?
- Me parece perfecto, preciosa.
Salimos de su casa hacia el restaurante. Las lágrimas recorren mi rostro lentamente.
- Nena, por favor, ya no llores, me duele mucho verte así...
- Si.- sonrio.- Perdón, ya no lo haré.
- ¿Lo ves? Si le importas, mucho.
- Cállate, no es el momento.- digo entre dientes.
- ¿Qué? ¿Nena?
- ¿Si?
- Dijiste algo preciosa.
- Am ¿yo? No, para nada.
- Okay..... Hoy te ves hermosa.- dice mirándome a los ojos y esbozando una sonrisa perfecta.
- G-gracias.- digo mientras me sonrojo.
Llegamos al restaurante y al instante nos dan una mesa, sirven el café y la mesera nos dice el platillo del día. Me encuentro muy hambrienta así que cuando nos trae la canasta de pan tomo el más grande.
- ¿Gustan ordenar?- dice la mesera muy amablemente.
- Si,- dice Harriet.- yo quiero unas enhiladas verdes, un jugo de zanahoria y tu número en mi celular.- le guiña un ojo y la chica se sonroja.- ¿Y tu nena?
Al parecer el "nena" por parte de Harriet hacia mi no le agrado a la chica.
- Yo quiero un plato con fruta.
- ¿Piña, sandía, papaya o melón?- dice de mala gana.- Puede elegir dos.
- Melón y sandía por favor.
- En un momento les traigo sus alimentos.
- Gracias bombón.
Se marcha hacia la cocina.
- ¿Por qué le coqueteas a las meseras?- digo riendo.
- ¿Y por qué no? ¿Acaso no la viste? Uff, esta que arde.
- Ay, no seas desagradable Harriet, respeta.
- Si, si, perdón. Es que aaaa.
- ¿Ya acabaste?
- Uf, si. Hahaha.
Llega la mesera, cuyo nombre es Liz, y nos tiende un plato a cada quien.
- Por cierto,- dirigiéndose a Harriet.- salgo a las 3:00.
- Perfecto hermosa. Aquí estaré.
Se va y Harriet y yo empezamos a comer.
Pincho un trozo de sus enchiladas y escucho como se queja. ¡Están deliciosas!
- Nena, ¿quieres pedir una orden para ti?
- No, no. Gracias. Sólo quería probar.
- De acuerdo.
Terminamos de comer y nos tomo diez minutos "decidir" quien pagaría la cuenta. Harriet le da su tarjeta a la mesera y cinco minutos después llega para que firmé la nota. Salimos del restaurante al cuarto para las once. El hospital esta cerca así que decidimos ir caminando.
Al llegar al hospital la señora del mostrador nos mira y agudos después habla.
- ¿Qué se les ofrece?
- Am, hola, busco a Rosalina, Rosalina Castillo.
- Castillo, habitación 125.
- Gracias, que amable.
Caminamos por ñ pasillo hacia la habitación 125 y me doy cuenta de que no le he traído flores.
- ¡Estupida!
- ¿Disculpa?
- No Harriet, tu no, yo, no le he traído flores.
- Ahhh, pero yo le traje una caja de bombones.
- ¡Vaya! Gracias.
- No hay de que, preciosa.
-"Oh preciosa te has olvidado el celular en casa" jajaja.
- ¡Mi celular! ¡Lo he dejado en casa!
- Después de aquí vamos a tu casa sin problema.
Seguimos caminando y encontramos la habitación, es, respectivamente, pequeña. Entro de inmediato y noto que tiene un sofá, un par de mesas y un pequeño closet. Creo que se ve acogedor, pero el sofá esta muy duro. Mi madre esta dormida, así que decidimos quedarnos y esperar a que despierte. Mi padre, Harriet y yo nos quedamos en silencio por un rato. Después mi mamá se despierta y pide agua. Estaba sorprendida, al parecer no esperaba mi visita.
A pesar del accidente, mi madre se ve como siempre, alegre y despreocupada. No tiene ningún rastro de dolor o sufrimiento en el rostro, es como si nada le hubiese pasado, es decir; el yeso da a entender que ocurrió algo pero sin él pareciese que ha venido de visita o para realizarse unos estudios. Mi madre cada día me asombra más.
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Mi nombre es Victoria
RomansVictoria está a punto de cumplir 18 años, pero la pérdida de su primo la hizo vivir en depresión, ya que él era el único que la apoyaba y entendía, o al menos eso creía ella. Tratará de averiguar quién mato a su primo y en cuestión de tiempo se dará...