Capítulo 10

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- Hola cariño—dice esbozando una sonrisa—Que gusto que me visites princesa.
- Mami—las lágrimas salen sin que las pueda detener—Como lo siento, yo debía estar cuidándote para que esto no te sucediera.
- Oh corazón, prefiero mil veces que me pase a mi a que te hubiera pasado a ti, yo estoy vieja y tu tienes mucho que vivir aún.
- No, no, yo no podría vivir si tu no estás, necesito que alguien me guíe y me de consejos,— volteo y me dirijo a mi padre,—no te ofendas papi, es solo que los consejos de mamá me ayudarán más en estos momentos.
- Claro cariño, lo entiendo.
- Mami, te pondrás bien, yo te voy a cuidar.
- Lo sé mi amor.
Después de una hora, la enfermera cuyo nombre es Violet le trae a mi madre algo de comer.
- Nena tenemos que irnos.
- ¿De verdad Harriet?
- Si, porque mañana hay examen de.... ¿Biología? Aaaa no, de química. Desgraciadamente prometiste ayudarme a estudiar corazón....
- Harriet... Bah, tienes razón. Una promesa es una promesa. Mami, te veré mañana—le doy un beso en la frente y me volteo—Descansa, adiós.
Mientras cruzo el pasillo veo a un chico con el brazo vendado, estaba cubierto de sangre, pero no pude verle el rostro, aunque estoy segura de conocerlo.
Durante el camino a casa no dije nada, yo seguía pensando en ese chico.
- Nena, ¿te encuentras bien?
-¿Eh? Am, si... Eso creo
-¿Segura? Como que estas muy callada.
-Hell... Is so close to heaven...—digo en un susurro.
-Quizá, o quizás es al revés.
-¿A qué te refieres?
-A que, quizá, el cielo está demasiado cerca del infierno.
-Am, si, supongo. Pero eso no rima...
-¿Acaso importa?
-Pues depende.
-¿De...?
-De si lo escribirías en una canción, en un poema tal vez, o si sólo lo dices, justo como ahorita.
-Vaya, si que tienes pura mierda en el cerebro—comienza a reírse— Nena, relájate, sólo fue un comentario.
-Pues ni al caso con ese "comentario"—hago comillas con los dedos y volteo hacia otro lado—De todas formas, HELL IS STILL CLOSE TO HEAVEN.
-Y siempre será así. Pero y, en serio, ¿qué pasa preciosa?
-No quiero hablar de eso. Sólo llévame a casa.

Toda la situación sobre el accidente de mamá me hizo olvidarme de mi celular. Pero lo único que no he podido olvidar, es a ese chico. ¿Y si...? No, no, no es posible. ¿O si? ¿Será qué Aaron era aquel chico?
La angustia comienza a atormentarme. Mil y un ideas llenan mi cabeza, no me permiten pensar con claridad. Veo a través de la ventana, la lluvia vuelve el paisaje amorfo. Me siento como Sofia, como una persona babieca e ignorante. ¿Y todo por qué? Por el estúpido de Aaron, el tonto, adorable e inteligente Aaron. A pesar de lo "sucedido" no dejo de pensar en él.
- Eh, preciosa, ¿estáis bien?
Oh vaya, Harriet me ha hecho recordar lo mucho que amo hablar como española, es algo que mi hermana me enseño, solíamos hablar así todo el tiempo. Ahora... Bueno, ahora es diferente.
- Oh tío, vos sois una persona increíblemente estúpida.
- ¿Eso creéis? Vaya que me halagas tía, pero lo he aprendido de vos.
- ¿De mí? Yo he creído que esa es vuestra naturaleza.
- Jolines, lo has hecho de nuevo, ¿cuándo llegara el día en que os quedes sin los argumentos suficientes para que gane una batalla de insultos?
- Cuando muera cariño, antes no.
-Ouch, pero quizá sea cierto. ¿Nena, tienes hambre?
- Creo que, demasiada es muy poco.
- Bueno, entonces yo invito.
- Te dejaré invitarme porque estoy quebrada—esbozó una sonrisa y continuo—pero sólo por esta vez.
- Y con "esta vez" te refieres a "cuando quieras" ¿no?
- Nop.
-Bufido.
- ¿Qué fue eso?—digo con carcajadas.
- Lo que oíste.
- Sólo dijiste "bufido".
- Así es—ríe y enciende la radio— ¿Te parecen
hamburguesas?
- ¿Cómo? Ah, si, mientras no sean de Mc Donald's.
- Trato hecho...
- No desecho.
Llegamos en 10 minutos a un Burger King, pedimos las hamburguesas sencillas, papas yo un Sprite y Harriet una Fanta. Al llegar la comida veo que Isabel está sentada en la mesa de atrás, Isabel es una niña de primer grado que está en mi clase de Literatura avanzada. Isabel estuvo obsesionada con Harriet por un año y medio, quizá sea parte de su club de fans que me odia.
- Esta buena ¿no?—dice no un bocado en la boca—Pero,—traga,—los pepinillos están algo ácidos.
- Me parece deliciosa, con todo y pepinillos.
- Come y calla.
- Uyyyy, perdón.
- Te adoro nena—se ríe y me guiña un ojo—Lo sabes ¿no es así?
- ¿Qué es esto? ¿Las veinte preguntas?
- Si, pregunta uno ¿me amas o no?
Lo dice justo cuando estoy tomando refresco, me toma por sorpresa y lo escupo todo.
- ¡¿Cómo?!
- Hahahaha, es broma. ¿O no?
- Ha ha ha ha—hago ojos de huevo y continuo comiendo.
Al terminar de comer/merendar, recogemos la basura y la tiramos, salimos de ahí, subimos al coche y nos dirigimos a mi casa. El resto del camino fue puro silencio.
Llegamos a mi casa, Harriet me acompaña al umbral de la puerta y me despido. Segundo antes de abrir la puerta, Harriet toma mi mano y se acerca para besarme, pero inmediatamente me alejo.
- Yo.... Nena, perdóname, no quise.
- ¿No quisiste? Ah, fue por lástima, claro.
- No, no, no. O sea, si quise, porque al menos tenía que hacerlo una vez, pero no pensé en como reaccionarías...
- ¿Y cómo se supone que debo reaccionar? ¿Creías que al besarme yo te diría que te amo y que siempre supe que debíamos estar juntos?No dice nada, pero las lágrimas comienzan a caer de sus ojos.
-Me tengo que ir, mis padres me esperan—mentira—Que pases buena noche.
- Am, si, tu también. Y Victoria—volteo— lo siento.

Mi nombre es VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora