*Narra Harriet*
¿Por qué será que la gente a la que amamos nunca nos ama?
Anoche Victoria me dijo que no me amaba.
- Ella no dijo eso— dice mi consciencia— sólo te dijo que si esperabas que te declarara su amor.
- Ah, como sea. El punto es que no me ama.
¿Por qué no me ama? Yo he sido el que ha estado a su lado, yo la he apoyado siempre, yo he sido el hombro donde llora, he sido la única persona que recuerda su nombre y su cumpleaños. Una de las pocas personas que realmente la quiere, la respeta y la valora. Pero no más, ya no me preocuparé por ella, que el estúpido de Aaron lo haga. A ver si le sale bien, porque ese imbécil sólo sabe arruinar vidas. Sobretodo la de Victoria. ¡Ah! ¡Como quisiera regresar el tiempo! Para así no haberla besado, para que siguiéramos siendo amigos y las cosas no se sintieran raras como ahora.Sigo conduciendo y veo un auto cuyas placas reconozco al instante. Al parecer Aaron tiene planes para ésta noche.
Decido seguirlo para saber que hará, la ruta es conocida, demasiado conocida diría yo.
Pero no, no creo que vaya a su casa, porque, por lo que yo sé, ella está molesta con él. Aunque, si me equivoco, nos dirigimos a casa de otra persona, quizá un amigo o un familiar. Esperemos que así sea, porque no estoy dispuesto a aceptar que ellos se vean, y si esto fue idea de ella jamás se lo perdonaré.
Suena el teléfono pero he decidido no contestar, últimamente los accidentes automovilísticos se deben a contestar llamadas telefónicas.
- ¡Por dios! ¡¿Desde cuando me importan los accidentes?!
- Eres Harriet, la persona más vale madres que alguien pudiera conocer, no creo que un pequeño accidente te haga cambiar.
- ¡Cállate! Si Victoria estuviera aquí... bah, se preocuparía ¿cierto?
- ¿A quién le importa? Es como una Barbie, hay mil y un iguales a ella.
-No, realmente. Nadie es como ella.Han pasado treinta minutos, treinta minutos de mi vida desperdiciados en seguir al idiota de Aaron. Treinta minutos que no recuperaré jamás. Afortunadamente no se ha dado cuenta de que lo sigo, porque si me ve me interrogará y querrá saber porqué Victoria y yo estamos "distanciados, si es que lo sabe.
Es más bien como una ruptura, si, porque ella rompió mi corazón. Es cierto, no somos nada más que amigos, pero para mí... Ahhh, para mí ella era todo.
Que fácil es arruinar un amistad de años en cinco segundos.
Es como un pedazo de papel, se tarda cierto tiempo en crearse pero sólo segundos para romperse. Así de vulnerables son las amistades, las personas, los amores, todo. Y quizá lo arregles, con un poco de cinta adhesiva, pero hasta la cinta se puede llegar a romper, y no existe una cinta especial para corazones rotos. Se necesita más, mucho más que sólo cinta adhesiva. Se necesita tiempo, del cual, llevo desperdiciado casi cincuenta minutos.
- ¡Aaron! ¡¿A dónde mierdas vas wey?! Digo, porque no creo que desperdicies la gasolina así porque sí.
Suena el teléfono.
- Ah, tendré que contestar.*En el telefono*
- ¡¿Qué?!
- Am, ¿Harriet? ¿Eres tú?
- Ah, em, hola...
- Hola...
- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
- Ah, em, no. Sólo quería hablarte... Las cosas han estado muy raras últimamente.
- Dímelo a mi. Mira, lo lamento. Pero sentí que debía hacerlo, por lo menos tenía que hacerlo una vez.
- Si yo... Bueno, quizá yo también lo quería, sólo que no lo acepté.
- A ver, barajeamela más despacio, ¿tú querías besarme?
- Es que—duda un poco—no exactamente, mi consciencia sabía que algo así pasaría, yo sólo deje que pasara.
- Grrrrr, que maldita.
- ¿Estás manejando?
- Maybe...
- Cuelga, ahora—dice de manera firme.
- Ahhh, de acuerdo. Bye.
Sigo manejando y veo que, efectivamente, Aaron se dirigía a la casa de Vicky.
- Victoria, ni mi guisti qui mi diguin Vicky.
- No te burles de ella, es sólo que Vicky le recuerda a su primo.
- Whatever. El punto es que no le gusta que le digan Vicky.
- Si, pero ella no está y no sabe que le he dicho así.
- Vamo a llamarle.
- No, no, no. Vamo a evitar un beso.
- Y también vamo a destruir su sueño.
- ¿Cómo?
- Si, le vas a destruir su sueño, el sueño de que Aaron la ame.
- No, porque él no la ama. Sólo la utiliza. La utiliza para darle celos a Sofia. Créeme, así son ellos, los populares. Sólo juegan con los sentimientos de los que creen inferiores a ellos.
- A ver, espera, que TÚ hayas tenido mala experiencia con los "popus" no significa que a Victoria le vaya a pasar igual. No seas egoísta.
- Tuché, pero si, seré egoísta porque ella es MÍA, MÍA, Y SÓLO MÍA. "
- No creo que ella piense eso. Es una persona, no un objeto, ni trofeo, mucho menos una pertenencia, tiene sentimientos y no creo que tu los quieras destruir por ser egoísta.
- Carajo, tienes razón. Pero no puedo permitirlo, sería... tan... ah, simplemente no puedo, yo la quiero, la quiero como a nadie en el mundo y no quiero olvidarla, mucho menos que ella me olvide, es la persona que me conoce mejor que yo mismo, ella y yo compartimos gustos y por todo eso debemos estar juntos.
- Si comparten gustos, no se complementan.
- ¿De qué hablas?
- Si tu y ella son tan iguales como dices, no se complementan, si están juntos no habrá tema de conversación, le contarás cosas que ella ya sabe y nunca encontrará alguna sorpresa sobre ti o sobre como eres.
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Mi nombre es Victoria
RomansVictoria está a punto de cumplir 18 años, pero la pérdida de su primo la hizo vivir en depresión, ya que él era el único que la apoyaba y entendía, o al menos eso creía ella. Tratará de averiguar quién mato a su primo y en cuestión de tiempo se dará...