Capítulo 2

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     —¡Tails! ¡Cuánto tiempo sin verte!

Aquel pequeño zorro hizo aterrizar la avioneta sin dificultades.

     —¡Vamos, sube, sé dónde está Eggman! Oh, ¿quién es ella? —preguntó al verme.

     —Se llama Blaze, y tiene una historia muy interesante. Te la contaremos por el camino.

     —E-espera, ¿tengo que subirme en eso...?

     —¿Ocurre algo?

     —No, no, nada...

La verdad es que le tengo miedo, no... ¡pánico a las alturas! Pero me aguanté como pude y me subí a aquella avioneta. Sonic fue el que le contó lo ocurrido a Tails, ya que yo estaba demasiado ocupada intentando no morirme. Pocos minutos después llegamos a un sitio donde había una especie de guarida con la cara de Eggman.

     —Como para no saber dónde se esconde —comenta el erizo.

     —No perdamos más tiempo, entremos —dije.

     —Tails, tú espéranos aquí fuera y vigila.

     —Está bien.

El azulado y yo entramos en aquel edificio tan extravagante sin hacer mucho ruido. No había nadie y estaba todo muy oscuro.

     —Blaze, ¿percibes las Sol Emeralds por algún sitio?

     —No...

De repente, los dos cabeza-huevo irrumpieron en el lugar, encendiendo todas las luces.

     —¿Buscabais esto? —Eggman nos enseñó las 7 Chaos Emeralds y las 6 Sol Emeralds que estaban metidas en unos sacos.

Mis ojos se abrieron de par en par. Sonic y yo nos dirigimos lo más rápido posible hacia ellos, como dos haces de luz, pero nos paramos de inmediato cuando Eggman Nega sacó de detrás suya a Tails, que estaba atado de manos y con la boca tapada.

     —¡Tails! ¡¡Soltadle ahora mismo!! —gritó el erizo.

     —Os entregaremos al zorro si nos entregáis la Sol Emerald —chantajeó Eggman Nega, abriendo la palma de su mano mientras formaba una sonrisa maquiavélica.

Fruncí el ceño hacia el bigotudo. Miré a Tails y para mi sorpresa, había desatado él solito la cuerda que antes tenía prisioneras sus manos. Ese pequeño zorro era muy listo, más de lo que aparentaba. Cuidadosamente, cogió la bolsa que tenía Eggman, en la cual estaban las esmeraldas. Una vez hizo esto, Sonic y yo salimos corriendo de allí, esquivando a los dos científicos. Corrimos unos pocos metros, luego nos paramos en medio del camino y abrí la bolsa.

     —No puede ser...

     —¿Qué? —preguntó el azul, aproximándose.

     —¡Son falsas!

Esa risa que taladraba mi cerebro volvió a hacer acto de presencia. Eggman Nega nos observaba desde su máquina flotante a pocos metros.

     —¡Par de ineptos! ¡Mira que no darse cuenta de que eran falsas! ¡Ja, ja, ja! ¡Y eso que sois los guardianes! —se moría de risa en nuestras narices.

     —¡¡No te saldrás con la tuya!! —grité.

Sonic se hizo una bola y dio un salto desde donde estaba, intentando alcanzar a Eggman Nega. Justo antes de que el erizo llegara a su máquina, el bigotudo se apartó. Sonic cayó al suelo apoyando una de sus rodillas en este. Eggman Nega se distrajo riéndose del erizo. Mientras, Tails voló con sus colas sin hacer ruido y llegó hasta el científico. Le tapó los ojos, desorientándole. Era mi oportunidad. Cogí impulso para dar un salto que llegase hasta él. Le di una patada en la cara, haciendo que cayera al suelo junto con su artefacto. Entonces me puse delante de él antes de que pudiera levantarse.

     —¡¡Devuélveme las Sol Emeralds!! ¡¡Ahora!!

     —Es una pena, yo no las tengo... Las tiene Eggman. —Estaba claro que estaba burlándose de mí, como siempre.

Tanto jueguecito estaba acabando con mi paciencia. Mi respiración se aceleró y mis puños se incendiaron.

     —¡E-eh...! ¡Tranquila! Seguro que podemos resolver esto... ¿sí? —Empezó a retroceder, acobardado.

Justo cuando iba a atacar, sentí algo. Algo horrible. Un dolor muy punzante en mi cuello. Se me nubló la vista al instante y sentí como si mis huesos pesaran toneladas. Antes de que quisiera darme cuenta, todo se volvió negro y mi cabeza impactó contra el suelo.

【Fuego helado】❥ SonazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora