Capítulo 3

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Mis párpados se levantaron lentamente. Lo primero que vi fueron los ojos de Sonic clavados en mí.

     —Menos mal... Por fin te has despertado.

Me encontraba en una cama muy cómoda, la cual estaba en una habitación ni muy grande ni muy pequeña, adornada de forma simple pero bonita. Sonic estaba sentado en una silla, a mi lado. No entendía absolutamente nada.

     —¿Y las esmeraldas? —Fue lo primero que pronuncié, enderezándome.

     —Eggman apareció de repente y te lanzó algo parecido a un dardo tranquilizante. Te desmayaste y esos dos huyeron de allí. Tails y yo intentamos despertarte, pero no hubo manera. Él analizó el dardo y me dijo que no parecía grave, pero que tal vez tardarías unas horas en despertar, así que te traje a mi casa.

     —¡Esto es horrible! —maldije, agarrando mi cabeza—. Debo ir en busca de las Sol Emeralds ahora mismo.

Hice a un lado la manta y me puse en pie, pero un mareo muy fuerte vino a mí e hizo que me sentara de nuevo. Sonic agarró mis hombros.

     —¿¡Dónde vas!? Aún estás débil. Además, se ha hecho de noche. Es mejor que lo intentemos mañana.

     —¿¡Mañana!? ¡Sonic, no lo entiendes! ¡Toda mi dimensión está en peligro! ¡Mis padres estarán preocupados! ¡Todo el castillo estará buscándome!

Me sentía extremadamente mareada en aquel momento y me estaba costando respirar. Agarré con fuerzas las sábanas de la cama y miré al suelo. ¡Todo estaba saliendo fatal, y por mi culpa! Si tan solo hubiera hecho bien mi trabajo de guardiana, ahora mismo no estaría en una dimensión desconocida, en una casa desconocida con un desconocido que...

Aparté la vista del suelo y lo miré. Él parecía muy tranquilo. Permanecía en su silla con hombros relajados y una leve sonrisa en su rostro. Me miraba constantemente. No sé por qué, pero mi respiración se estabilizó y dejé de apretar las sábanas.

     —Descansa. Mañana a primera hora saldremos hacia la guarida de Eggman y recuperaremos las esmeraldas. Te prometo que volverás a tu dimensión sana y salva —diciendo eso, me cogió la mano, a lo que yo la aparté rápidamente con vergüenza.

     —Está bien. Solo quiero que esta pesadilla termine ya...

     —Lo hará, hazme caso. No es la primera vez que Eggman me roba las esmeraldas. Siempre las recupero.

     —Pues vaya un guardián que estás hecho... A mí solo me las han robado una vez.

—Qué directa eres. Me agradas —dijo mientras se reía. Lo ojeé arqueando una ceja—. Dormiré en la misma habitación que tú por si llegaras a encontrarte mal de nuevo. Voy a por un futón.

     —¡Oye, no hace falta! —grité, pero ya se había ido de la habitación.

El erizo volvió enseguida con un futón y lo puso en el suelo para luego meterse en él.

     —Buenas noches.

Tras decir aquello, apagué la luz y me acomodé en la cama. Fue un día con demasiadas emociones... En mi cabeza no dejaba de dar vueltas la idea de que Eggman Nega seguía teniendo en su poder seis esmeraldas. Solaria... ¿qué sería de ella si nunca llegaba a recuperar las esmeraldas? ¿Y si las recupero pero no puedo volver?

Mi cabeza dolía y aún tenía mareo. Miré a Sonic y este ya estaba completamente dormido. Qué suerte... Dejé la cama sin hacer ruido y bajé las escaleras, encontrándome con un salón muy espacioso. Necesitaba agua, tenía la garganta tan seca que sentía que no podría volver a tragar en mi vida.

     —¡Blaze!

     —¡¡Ahhh!! ¡Sonic! ¡Me has dado un susto de muerte!

     —¡Tú sí que me has asustado! ¡Me desperté y no te vi! Ya pensaba que te habías ido sola a la guarida de Eggman...

     —Lo siento, es que no puedo dormir.

     —¿Qué ocurre?

     —Tengo un nudo en la garganta.

     —¡Te traeré agua!

Él se apresuró y volvió con un vaso de agua fresca que me entregó. Yo lo bebí y me encontré un poco mejor.

     —Gracias.

     —Ya sé. Nos quedaremos viendo la tele un rato. Cuando era pequeño, mis hermanos y yo nos quedábamos viendo la tele por la noche y al final, nos dormíamos enseguida.

Antes de que pudiera pensar, Sonic ya había vuelto con una manta y un cuenco lleno de palomitas. Me condujo hasta el sofá, donde nos sentamos y él encendió la televisión. Estaba emitiéndose una película romántica. Era malísima...

     —Nunca me han gustado este tipo de películas. Además, ¿por qué siempre hay un beso bajo la lluvia? ¿Es que eso se supone que es algo bonito? Porque yo odio mojarme con la llu...

Sentí algo y, al girar mi cabeza para ver a Sonic, me encontré con que este se había quedado dormido en mi hombro. ¿¡Cómo era si quiera posible!? ¡Estaba comiendo y viendo la tele hasta hace un momento!

Suspiré y lo dejé durmiendo solo, con cuidado de no despertarlo. Apagué la televisión y me volví al cuarto de antes. Una vez acurrucada en la cama de nuevo, un fuerte golpe en la puerta me asustó tanto que casi se me sale el alma.

     —¡BLAZE! ¡Me desperté y no te-

     —¡¡DEJA DE ASUSTARME!! —grité, tirándole un cojín a la cara.

【Fuego helado】❥ SonazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora