Capítulo nueve.
Bajé con cautela hacia la cocina, tenía miedo de que alguien estuviese durmiendo, entonces hice el menor ruido posible. Llegué a mi destino y abrí el único congelador que se encontraba en el lugar y de éste extraigo todo el hielo necesario.Me dirigí de nuevo a su habitación con un recipiente repleto de pedazos de hielos y agradecí que tuviera una bañera. Descargue el hielo allí y encendí el fregadero en agua fría, luego fui hacia Evie y comencé a quitarle la pijama.
No. No piensen esas cosas tan obscenas.
Dejándola en ropa interior, la alzo en brazos y me dirijo al baño.
Su piel ardía debajo de la mía, su ceño estaba ligeramente fruncido y tenía un ligero rosa encendido en sus pómulos debajo de todo el sudor, con sumo cuidado la dejo dentro de la bañera mientras quedaba arrodillado al lado de ella.
Ni siquiera le sobresaltó el agua congelada de tan caliente que estaba.
—Te dije que tomaras la jodida pastilla... —susurré y no pude evitar examinarla un poco. —Mira a otro lado, estúpido —reaccioné mientras suspiraba y pegaba la frente en la orilla de aquella bañera.
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Lentamente el sol invadía mi cuarto hasta llegar a mi rostro, aún no abría los ojos y no tenía la intención de hacerlo.
Joder que cómoda estoy.
De a poco iba abriendo los ojos que por cierto me pesaban ligeramente, estaba demasiado cansada pero el hambre ganaba en estos momentos.
Finalmente me senté en la cama y estiré los brazos para arriba mientras bostezada.
Llevé la mano a mi barriga y la arrasque.
Frunci el ceño y volví a palpar la tela de mi pijama.
—Esta no es mi pijama... —musite, luego miré a un costado y casi ahogo un grito.
¡Dominik estaba en mi cama, sin camiseta!
Yo tenía puesta su camiseta...
Él estaba allí, durmiendo tan intensamente que se veía tierno. No podía dejar de mirarlo, parecía un ángel, tan tranquilo...
¿Que hacia aquí?
—Me siento observado —hablo él somnoliento y con la voz más ronca de lo normal.
No podía negarlo, estaba realmente nerviosa.
El mientras bostezada se estiraba y mi vista cayó directamente a su abdomen y ruborizada aparte la mirada.
—Oh... Toma esto —hablo él y lo miré. Dobló su cuerpo hacia la mesa de noche y agarró un vaso junto a dos pastillas. Los agarré y los miré por unos segundos.
Abrí los ojos como platos, luego lo miré a él de la misma manera.
—¿Nosotros acaso...? —pregunté claramente asustada.
Él me miró totalmente confundido, luego dirigió la mirada a las pastillas y luego volvió a mirarme a mí también agrandando los ojos para levantarse rápidamente de la cama.
—¡No! ¿Que? —habló abruptamente. —No pienses eso, sólo son pastillas para el resfriado, no para... Eso —agregó mientras llevaba la mano a sus cabellos, notablemente avergonzado.
Anoche había llegado a casa y desobedecí totalmente a Dominik quien me había contado lo sucedido, desde que subió al techo, hasta cuando me metió en la bañera en ropa interior. Me regañó por no haber tomado la jodida pastilla.
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Jamás creí en Él (Dominik Santorski)
Fanfiction"Muy pocas personas son capaces de mirar la belleza de la sencillez..." Atención: Ésta historia fue editada. ATENCIÓN 2: Es mi primera historia y no la he escrito tan perfectamente, entiéndeme. Plz no me juzguen :'v