31.

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(Este capítulo vendría a ser relleno🌞)

Capítulo 31.

Podía sentir su corazón latiendo con tranquilidad en mi oído y su lenta respiración impactando en mi cabeza. Podía sentir sus brazos al rededor de mi cuerpo, podía sentir aquel calor que en años no lo había sentido.

¿Podríamos rellenar aquel vacío de casi cuatro años de ausencia con un simple abrazo?

No. Pero significaba mucho para mí.

Lo tenía tan cerca de mi que temía despertar de un sueño, temía que se esfumase de mis brazos, temía que se marchase de mi lado.

Se veía tan tranquilo durmiendo con mi cuerpo encima, el sillón no era el lugar más cómodo en el cuál dormir, pero si era con él, todo estaba más que bien.

Eleve la cabeza para poder observar su rostro durmiente y tenía el ceño ligeramente fruncido. Tal vez era víctima de alguna pesadilla.

—Evie, no... —articuló removiendose un poco.

Tal vez yo era el monstruo de sus pesadillas.

Parecía perturbado y su respiración se hacía pesada. Me acerqué a él.

—Dominik... —susurré, pero no parecía calmarse, así que acerqué mis labios a su rostro y planté un beso justo donde su frente se arrugaba.

El dejó de moverse casi al instante relajando su expresión mientras abría lentamente los ojos. Esos hermosos ojos celestes...

Su mirada se encontró con la mía, no sabía exactamente cuanto tiempo llevábamos mirándonos pero nunca importó tanto.

Él me miraba de una manera tan... Profunda. No tenía con que otra palabra describir lo que causaba su mirada en la mía.

—¿En qué piensas? —fui la primera en hablar.

Inhalo mucho aire sintiendo como su estómago subía contra el mío.

—En cuantas ganas tengo de besarte. —su ronca voz no dejaba de sonar dentro de mi cabeza.

No pude evitar sonreír ante semejante declaración, agarré los lados de su rostro con mis manos y me acerqué a él. Él me miraba totalmente serio, me miraba cada rincón del rostro también con sus manos en mi rostro y acercó su boca a la mía no sin antes cerrar los ojos y fundir sus dedos entre mis cabellos empujándome hacia él.

Al principio sólo hacíamos presión, él tomó la iniciativa y abrió lentamente sus labios al igual que yo y comenzamos a besarnos lentamente mientras sus manos pasaban de mis cabellos a mi cintura, apretándome ligeramente.

Lo separé unos centímetros y lo observé. Sus ojos brillaban infinitamente, aún tenía el color rojo alrededor de éstos al igual que yo ya que nos tomamos media hora para llorar cada uno en los brazos del otro.

—¿Qué te atormentaba en tu sueño? —musité sin dejarlo de mirar.

Estuvo como un minuto pensándolo, hasta que habló.

—Soñé que... —se aclaró la garganta. —Soñé que te volvían a alejar de mí.

Al decir ésto, me aprieta más a él. —No lo permitiré ni aunque esté muerto.

Lo sorprendí volviéndolo a besar y él no dudó en devolvermelo.

—Lo mismo digo, ya no vuelvas a pedirme que me aleje de ti. —le hice recordar aquellas dolorosas palabras que él alguna vez me había dicho haciendo que se levantase del sillón así quedando yo sentada en su regazo.

—Yo no lo quise así, Evie; pero tenía que hacerlo... Por tú bien.

¿Por mí bien?

Él se había dado cuenta de la cara de confusión que había puesto y me explicó de una manera simple: su madre.

Me había dicho que su madre tenía un tipo de odio hacia mi —lo cual se entendía— y haría todo lo posible para que pagase lo que hice.

En pocas palabras: si yo no me iba, probablemente terminaría en prisión o algo así.

Su mamá si que daba miedo y hablando de madres.

¿La mía estará bien?

Pasense por mi nueva novela Asiático.

HOOOLAA

POR FIN ACTUALIZO.

TIENEN EL DERECHO DE MATARME.

En síntesis, volví y CON TODOO.

En síntesis, volví y CON TODOO

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Jamás creí en Él (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora