Capítulo 3

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Dos semanas después, en el hospital.

-Bueno,  gracias a Dios, Martín está bien y hoy le daremos el alta. -habló la enfermera.
-¡Oh, Dios! ¡Eso es genial! Y... ¿Puedo verle? -contesta Berta, que no había podido verlo ni una sola vez en esas dos semanas.
-Claro, pasa.

Berta entra, pero allí se encuentra con algo inesperado, a Clara.

-¡Clara!... Qué... ¿Qué... Haces... Aquí?
-Creo que es obvio Berta... Estoy haciendo compañía a mi novio.
-Tu... ¿Novio? -Berta no se lo puede creer.
-Sí.
-Desde... ¿Cuando?
-Verás, sabes perfectamente que yo le quería pero el te quería a ti. Y... Al fin se dio cuenta de que debe desenamorarse de ti, olvidarte, y estar con alguien que le quiera de verdad. Yo.
-Oh, eso... ¿Es cierto?...¿Martín? -pregunta mirando a los hermosos ojos marrones de Martín.
-Sí, al fin me di cuenta de que no me querías... De que... Debía dejarte en paz. -responde Martín.
-Bueno, ¿que querías, Berta? -le pregunta Clara.
-No... Nada. Es que operaron a mi tío abuelo Evaristo y está en el hospital. Lo operaron de una ernia y creía que esta era su habitación. -contesta Berta, improvisando. Y se va.

Minutos más tarde, en la cafetería del hospital.

Estoy sola en la cafetería esperando a Berta. ¿Cómo le habría ido con Martín? En esta semana pasaron tantas cosas... El enamoramiento de Berta hacia Martín, la desaparición repentina de Braulio, el enamoramiento de Xavier por Anaïs y la obsesión de Mery por Braulio Muíño.
Aparece Berta llorando.

-Ber... ¿Qué pasó?
-Clara y Martín... Están... Están... -no puede más, se echa a llorar.
-Ber... Lo siento.
-No pasa nada. -dice, con lágrimas en los ojos. - ¿Nos vamos?
-Ok, vamonos.

Salimos del hospital.

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