Green Eyes

Capítulo 52

Minutos más tarde...

Todo se había convertido en un caos. Personas arrastrándose por el suelo, gente herida, trozos de tarta por el aire... La boda de Iñaki y Mery se había ido al garete. Y parece que la vida de Gonzalo también. O eso parecía hasta que llegó la ambulancia. Todos pensábamos que estaba muerto hasta que ellos nos dijeron que aun respiraba. Fue todo un caos. Fue... Fue demasiado surrealista. Es decir, ¿qué probabilidades hay de que entre todas las personas del mundo el ex de tu amiga sea un psicópata?

-Valeria. -Me dice Berta-. ¿Oye estás aquí? Estás muy rara. Más de lo normal.
-Sólo estaba pensando.
-Tú sola en tus pensamientos, ¿eh?
-La verdad es que sí.
-Hey chichas. -Dice Iñaki, que acaba de llegar acompañado por Mery-. Todo ha sido muy heavy.
-Que asco. Debe de ser horrible que se os haya jodido así la boda. Lo siento, primito. -Consuela Ana a su primo.
-No te preocupes, pelirroja. Lo importante es que estoy con la mujer que amo. -Dice, seguidamente besa a Mery tiernamente en la boca (si por tiernamente nos referimos a pasarse muchas babas, claro)
-Anaïs debe de estar fatal. -Digo.
-Ya... Ella en el fondo quiere a Gonzalo. -Continúa Mery.
-Sí...

En ese mismo momento, en la habitación de Gonzalo...

-Gonzalo. ¿Por que hiciste eso? -Pregunta Anaïs.
-Ni tenía ganas de vivir. De echo, no sé por qué estoy vivo. Me di en la puta frente.
-La bala era débil. Es imposible que matase a alguien.
-Lo suponía.
-¿Qué?
-Le robé el arma a Xavier antes de irse. Debió suponer que se la iba a coger.
-Vaya. No me esperaba eso de Xavier.
-Ha cambiado mucho, Anaïs. Está irreconocible. Y muy rubio.

Anaïs toma una pausa.

-Espera... -Dice-. ¿Ruben era...?
-Si. Era Xavier.
-Bua...
-Ya.

Anaïs se sienta al lado de la cama de Gonzalo.

-Gonzalo... Yo... Yo quiero que sepas que...
-Sh -La calla Gonzalo-. No tienes nada que decir. Ya se que nunca estarás conmigo y...

Anaïs se aproxima a Gonzalo y le besa.

-Gonzalo. Te quiero. He estado con Alberto y me he dado cuenta de que tu eres al que quiero. Quiero decir... Te amo Gonzalo. Aunque seas un puto psicópata yo te quiero.
-¿Alguna vez has oído eso de que cuando te enamoras te vuelves loco?
-Si.
-Lo mio fue demasiado heavy.

Los dos se ríen a carcajadas y se vuelven a besar.

-Su-pongo... Que ya no pinto nada aquí. -Se dice a si mismo Alberto, el que ha contemplado la escena desde fuera.