Green Eyes

Capítulo 41

-Voy a matar a Alberto. -dice Gonzalo mientras se toma la cerveza.
-No, no lo vas a hacer. -Responde Xavier.
-Dame una buena razón para no hacerlo.
-Dame una buena razón para hacerlo.
-Anaïs.
-¿Anaï? ¿Esa es tu 'buena razón'?
-Sí. ¿Tienes algún problema con eso?
-Bastantes.
-¿Y cuales son? Si es algo que se pueda saber, claro.
-Matar a alguien no es la solución. Los celos no son buenos, querido Gonzalo.
-Mira quién fue a hablar...
-Mira, Gonzalo. Si fuese el de antes ahora mismo te estarías comiendo tus palabras.
-Guau. Si que has cambiado.
-Hace mucho que no nos vemos, colega. -Como Gonzalo no responde, Xavier sigue hablando-. Y que sepas que matarle no es la solución. Además, no creo que quiera hacerle nada malo a Anaïs. Eres un exagerado.
-¿Un exagerado? Tu... ¡Tu no sabes lo que ella sufrió por el! ¡Es un autentico capullo!
-La gente cambia, Gonzalo. Mirame a mi.
-Pero el es imposible que haya cambiado.
-Lo mismo decían de mí.
-Xavier -Dice Gonzalo al mismo tiempo que se levanta-. Ahora no estoy para rayadas. Ya hablaremos.

Gonzalo sale del local sin terminarse la cerveza. Piensa que los argumentos de su amigo si pueden tener sentido pero el tiene demasiada sed de venganza. Tiene demasiadas ganas de matar a Alberto. Lo siente. Lo siente mucho por querer matar a la persona por la que una vez su querida Anaïs sintió algo. Lo siente muchísimo pero el no quiere que le haga daño. Pero teme algo peor. Teme que Anaïs le deje. Que se vaya con él. Que se vaya con el y le haga daño. Gonzalo quiere matarlo. Necesita matarlo. Lo necesita. Da una patada a una papelera cercana y la tira al suelo haciendo bastante ruido.

-¡Joder! ¡No hagas puto ruido!

Esa voz...

-¿Mery?
-¡Hostias Gonzalo! -dice la chica al mismo tiempo que va corriendo hacia el-. ¡Hola!
-Hola. Oye... Es verdad eso de que estás embarazada de Iñaki?
-Como... ¿Como sabes eso? ¿El lo sabe?
-No.
-Y quien... Quien... ¡Me cago en Valeria!
-Valeria no me dijo nada.
-¿Y entonces como lo sabes?
-Os oí. Simplemente estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
-Joder... No digas nada por favor....
-Esta bien. ¿Pero como...?
-No... No lo sé.
-Digo... Tu eras...
-Y soy.
-Pero...
-Ya, yo tampoco lo entiendo. Bueno chao que si llego tarde a casa me hechan bronca.
-Son las seis...
-Diselo a mi madre. -Es lo ultimo que dice antes de salir corriendo.