Dulce

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Todos pensaban y sabian que Karma era un sádico bueno para nada -y para todo a la vez-. Todos sabian que estaba con Nagisa y se preocupaban por este.

Pero en realidad, Karma es de todo menos sádico con Nagisa.

Sin duda, el pelirrojo tenia un lado muy dulce. Como cuando Nagisa enfermó.

Ese día estaba lloviendo a cántaros y Nagisa se habia quedado solo en casa, debido a una alta fiebre.

Karma, al ver el mensaje de Nagisa mientras lo esperaba en la estación de trenes -como siempre-, decidió faltar a clases e ir a hacerle compañia.

En el camino, pasó a una pequeña farmacia a comprar algunas cosas que le serian útil. Y aunque ya iba todo empapado, seguía con su camino sin inmutarse, nisiquiera con aquellas gotas que intentaban caerle a los ojos.

Al llegar, no tocó, sino que sacó la llave que siempre estaba un poco asomada en la parte baja de la puerta principal.

Entró y se sacó la chaqueta colgandola en el perchero que tenia el genkan, sus zapatos y su bolso los cuales estaban empalados.

Tomó las bolsas de medicamentos y demás y comenzó a subir las escaleras.

Sintió un leve ruido. Seguramente era Nagisa que le habia escuchado subir.

-:Nagisa, soy yo.- Dijo en lo alto para que le escuchara. Llegó a la habitación y abrió la puerta lentamente.

-Vine a cuidarte~ Nagisa-chan~- Habló Karma con voz aguda y burlona.

-Ugh... Karma no estoy para tus juegos.- Responde Nagisa.

-Bien, bien.- Dice sacando las cosas de la bolsa de compras. -Recuestate. Te revisaré.- Se acercó y le tomó la temperatura. Al ver que era alta, le puso un paquetito de hielo en la frente.

-Bien, luego te cambio por un paño.- Abrió las cajitas y las revisó. -¿Has tomado algún medicamento?- Nagisa negó.

-Bien, tomate esto.- le acercó el vasito de agua que ya estaba ahí junto a una pastilla.

-Gracias.- Trató de decir Nagisa con voz rasposa.

-Tranquilo, solo duerme.- Responde Karma comenzando a acariciarle el cabello de la frente con una sonrisita.

El resto del día pasó y Nagisa seguía dormido. El se habia encargado de cambiar la bolsita de hielo por un paño húmedo y este remojarlo cada cierto rato.

También, en el tiempo que a Nagisa le bajó la fiebre, le cocinó una sopa de pollo.

Nagisa, despertó al rededor de las seis de la tarde. Afuera seguía lloviendo y el ya se sentia mucho mejor.

-Oh, ya despertaste. ¿Quieres comer?-

Nagisa notando que su garganta seguía algo delicada, se limitó a asentir.

Al rato, Karma llegó con una bandeja, un plato de sopa y un vaso de jugo.

-¿Ya te sientes mejor?- Pregunta el pelirrojo.

-Si, gracias.- le sonrie Nagisa. Karma, le devuelve la pequeña sonrisa y le da un suave beso en la frente.

Al día siguiente, nadie de la clase se creia lo que el peliceleste les contaba sobre los cuidados que tuvo Karma para con él.

Nuestra Vida Juntos [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora