Felicidades Karma, seremos padres

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Nagisa habia terminado su trabajo. Envenenar al superintendente y proteger a los esclavos.

En realidad, vaya que lo disfrutó. Verlo retorcerse debido al veneno.

Ese hombre era participe en la venta de esclavos.

Muchos de ellos eran niños. Los cuales, antes de la venta eran encerrados en unos calabozos bajo la mansión de su víctima.

Al ver el como tenia a tantos niños, todos heridos y sucios. Sintió asco y repugnancia hacia el hombre ya muerto.

Ayudó a todos a salir. Algunos más grandes, llevaban a otros más pequeños que nisiquieran habian aprendido a caminar.

-¡Señorita!- Gritó uno de los niños. Más o menos de cinco años.

Nagisa al verle tomando con dificultad a un bebé practicamente recien nacido, corrió hacia él.

Tomó al más pequeño en brazos y al chiquillo de una mano. Revisó con la mirada que nadie más quedase, y salieron de allí.

Afuera habian varios camiones tipo militar que les esperaban.

-¡Hebi!- Escuchó un grito ronco. Era Karasuma. Algo así como su madre.

Tomó al niño que hasta ahora tenia tomado de la mano y corrió de prisa al primer auto. Apenas entró, el auto comenzó a avanzar.

-¿Estás bien?- Preguntó mirandole de reojo.

-Si, gracias pa'.-

-¿Y ese pequeño?- Señalo con la mirada al bebé.

-Estaba en una de las celdas junto a este pequeño.- Tanto Karasuma como Nagisa pusieron una cara de desagrado. -Maldición. Que es prácticamente recién nacido.-

Siguieron su camino hasta las instalaciones más cercanas del gobierno, donde ayudaron a bajar a todos los niños.

Los del gobierno comenzaron a buscar y a contactar a las familias de todos los niños, los cuales fueron -la mayoria- reportados como desaparecidos.

Ya era muy entrada la noche y Nagisa partiría a la ciudad en unos minutos. Antes, quiso pasar a ver la sala donde los niños que aún no habian ido a buscar. Al llegar, habia un militar afuera sentado con una escopeta al lado.

-¿Cómo están?- Le preguntó.

-Bastante tristes. Todos los que quedan dicen que nadie vendrá a buscarlos.-

-¿Y qué harán con ellos?-

-Supongo que llevarlos a un orfanato de la milicia.-

-¿Puedo verlos?- y en respuesta, el militar le abrió la puerta.

Allí estaban cinco chicos y un bebé. Dos niñas y tres niños. El bebé y uno de los niños eran los que estuvieron con él.

-Hola.- Se agachó a la altura de los más pequeños.

-Hola señorita.- respondió el niño que habia estado con él.

Todos los demás simplemente hicieron un movimiento de cabeza.

-¿Porqué siguen aquí?-

-Mi papá me vendió a ese hombre. No va a venir a buscarme.- respondió una de las niñas.

-Mis padres me odian. Más que preocuparme por que vengan, prefiero que no lo hagan.- Habló quien parecia ser el mayor.

-Mis papis murieron y cuando me llevaban al orfanato, ¡ese hombre malo me secuestó!-

-¿Te secuestró?- pregunto Nagisa con un poco de gracia. El niño era bastante pequeño y aún no sabia hablar bien.

-¡Eso, eso!- Gritó el niño.

-Señorita...- llamo su atención nuevamente el pequeño con el que habia estado. -Yo nunca he tenido padres.- Dijo. -Y al parecer él tampoco.- señaló al bebé.

Nagisa se enterneció.

Karasuma, entró de improvisto. -Bien, chicos. Al parecer ustedes tendrán que venir conmigo.-

-¿Adónde vamos señor?- Preguntó la pequeña que no habia dicho nada hasta ahora.

-A casa.- Respondió Karasuma.

-Papá, quisiera traer a alguno conmigo.- Habló Nagisa.

-... ¿Karma está de acuerdo?-

-No se lo he dicho. No hay tiempo.-

-Bien.- Se limitó a decir el pelinegro mayor.

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Nagisa aún no volvía. Según el mensaje que le mandó hace un rato, ya deberia estar aquí.

"Llego en dos horas y traigo tres bellas sorpresas conmigo, nos vemos."

¿Cómo no iba a estar nervioso? Lo más probable es que de haya encontrado con dos serpientes ultra-mega venenosas y de las cuales no hay cura.

Bien, estaba sobreactuando un poco. Ya tenian dos serpientes, y se aseguró de dejarle muy claro a su novio que no habrían más.

Sin embargo, de Nagisa nunca sabia que esperar.

Sintió la puerta abrirse. -¡Karma~ ya llegamos~-

El nombrado se levantó del sillón y caminó al genkan.

Allí estaba su bello Nagisa con un bello vestido, cabello suelto y ¿Un bebé?

-¿Un bebé?- Preguntó. Apenas reaccionando. -¿De dónde lo sacaste?-

-Bueno, en realidad, son un bebé y dos niños.- Le sonrió. Detrás de las bellas piernas del peliceleste, apareció una niña de más o menos 9 años y un niño más pequeño. -Felicidades Karma, seremos padres.-

Nuestra Vida Juntos [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora