Lo primero que logro oír cuando salgo del trance es a Dori gritar y correr hacia el descanso de las escaleras donde Christian ha quedado.
-¡Por Dios! ¡Chris! ¡Pequeño! ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? No te muevas, llamaré a la ambulancia. -Habla rápidamente sin pausa mientras corre escaleras abajo para tomar el teléfono de línea.
Bajo los escalones lentamente sosteniendome de la barandilla y a medida que el cuerpo de Christian se deja ver mis manos se aferran con más fuerza contra la madera. Él está sentado en uno de los escalones mientras toma su cabeza deteniendo una posible hemorragia. Con su ceño fruncido y los ojos cerrados con fuerza se sostiene con una mano un lado de la cabeza y con la otra sobre el piso para mantenerse estable.
Creo que se te ha ido la mano, querida.
Con algo de temor a su reacción camino hacia él tomando su hombro como si su cuerpo fuese de cristal y temiera romperlo.
-Chris... l-lo siento... -Murmuro inestable.
Él abre los ojos y gira su rostro en mi dirección haciendo que todo en mí duela horriblemente al ver sus ojos cristalizados y una gota de sangre recorrer desde su sien hacia su mejilla antes de caer al vacío y formar parte de las tantas otras que cayeron en la tela de sus Jeans.
Contrario a lo que él haría normalmente -que dicho sea de paso es lo que deseo que haga- se levanta apartandose bruscamente de mi tacto y sube las escaleras para a los escasos segundos oir la puerta de su habitación cerrarse violentamente.
Definitivamente esta acción de su parte es muy peligrosa, esto no es nada bueno. Estoy muerta, algo ocurrirá. Lo sé porque es lo único predecible. No es algo normal en él "huir" de una situación así.
Bien hecho, idiota.
-Tranquilo, ya vien... ¿Dónde está Chris? -Pregunta Dori deteniendose a mitad de camino mirando en todas direcciones.
-Se ha encerrado en su habitación. -Respondo poniendome de pie.
-Pero... ¡Está herido! ¡Necesita curarse y ser atendido por un médico! -Corre pasando a mi lado y la sigo en silencio. -¡Chris! -Golpea con insistencia y preocupación la puerta cerrada. -¡Abre! Necestitas que te curen eso.
Ambas esperamos una respuesta de su parte, pero nada se oye. No abrirá la puerta, lo sé perfectamente.
-No te preocupes, estará bien. Sólo ha sido un golpe leve. -Digo sin tener siquiera idea de la gravedad del asunto, pero solo quiero que ella no se preocupe demas o también tendremos que internarla.
-¿Cómo no me voy a preocupar? No responde, pudo haberse desmayado ¡Pequeño, abre la puerta por favor! -Grita mas alto.
Ahora realmente estoy preocupada por sus palabras. ¿Y si se ha desmayado? Miro la madera ser golpeada una y otra vez por la mano de Dori y deseo con todas mis fuerzas que él nos abra y aunque sea nos mande al diablo, solo quiero saber que está bien.
-De verdad Dori, estará bien. -Vuelvo a insistir tratando de convencerme también de ello.
-¿Qué sucedió? ¿Cómo es que ha caido por las escaleras?
Mentalmente me encojo en mi sitio cuando sus ojos desesperados esperan mi respuesta. ¿Verdad o mentira?
Mentira, claramente.
-No lo sé, estaba en mi habitación y salí por tus gritos.
Ella suspira y al parecer me cree ya que vuelve a llamarlo, insistiendo.
-Por favor Christian, abre. No hagas que nos preocupemos más. -Dice esta vez tomando la perilla e intentando abrirla, pero está con seguro desde el otro lado.
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M.H ~Parte 1 -2 -3 ~ [En Edición]
Teen FictionIncomodidad. Así comenzó todo, con una extraña incomodidad al estar a su lado, incomodidad cuando me miraba, incomodidad cuando me regalaba una sonrisa, incomodidad cuando me trataba con cariño. Podría haber creído que era porque nunca éramos demos...