—Christian, espera... —Me paro delante de él haciendo que se detenga.
—No tengo ganas de discutir contigo Emma. Hay que actuar con inteligencia y más ahora.
—Eso lo sé, y confío en Richard. Él de verdad es una buena persona, no dejes que tus celos te dejen verlo.
—¿Mis celos? ¿Es en serio? —ríe irónico— Ahora el problema son los celos... ¡genial!
—No digo eso, pero no te cae bien porque piensas que le gusto. No lo niegues.
—Sé que es así.
—¿Y qué hay con eso? Supongamos que le gusto, la decisión está en mi si decido o no corresponderle. En todo caso no confías en mí.
—Sólo trato de impedir que te enamores de otra persona, Emma. Sólo eso.
—¡No puedo, Christian! ¿No lo notas? Estoy perdidamente enamorada de ti. No puedo siquiera encontrar atractivo a otro hombre —me acerco a él y tomo su rostro— Te amo, Christian Vega. Solo a ti. Siempre a ti. Por favor, confía en mis palabras.
—Confío en lo que dices, sé que me amas.
—Entonces, ¿A qué le temes?
Su vista vaga por mi rostro, aprieta sus labios y mira hacia otro lado. Acaricio sus mejillas con mis pulgares, paciente a su respuesta.
—Temo que te alejes de mi cuando te des cuenta del monstruo del que te has enamorado cuando hay ciento de hombres que posiblemente te merezcan más que yo —sus ojos vuelven a mí—. Pero jamás podré soportar algo como eso, y precisamente ese es el motivo por el que temo, no tendré control de mí. Y créeme cuando digo que no tolero ver las manos de otra persona sobre ti.
—————
Miro nuevamente el celular. Richard me ha dicho que estaba llegando hace veinte minutos, es extraño que aún no esté aquí. Aunque no tengo muchos deseos de entrenar, es lo único que puede despejar mi mente por ahora. Christian ha ido a encontrarse con Dori, iba a decirle la verdad, necesitamos que ella nos ayude y nos mantenga al tanto de lo que mis padres harán. Claro, si es que ella decide hacerlo y no sumarse a ellos creyendo que somos una aberración y una vergüenza para el mundo.
Bajo las escaleras sosteniendo el teléfono entre mis dedos, mis pasos se detienen en seco tres escalones antes del final al ver frente a frente a Christian con Richard.
—¿Todo bien aquí? —Pregunto avanzando hacia ellos.
—Oh, Emma todo bien aquí. ¿Lista?
—Claro. Espérame en el campo, ya te alcanzo.
—De acuerdo —lo mira a Christian y le sonríe— Un gusto verte, Christian. —Palmea su hombro y se marcha dejándonos solos.
—¿Qué le dijiste?
—Em... nada. —Dice con una pícara sonrisa.
—Christian... —Le advierto.
—No dije nada, tranquila Vega. —Sonríe y se va cerrando la puerta principal.
¡Dios! Este hombre y sus juegos. Me volverá loca en cualquier momento.
—¿Más todavía?
¡Cierra la boca, idiota!
—Te das cuenta de que te gritas a ti misma, ¿Cierto?
Estoy perdiendo la cordura.
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UtopiasAmina
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M.H ~Parte 1 -2 -3 ~ [En Edición]
Novela JuvenilIncomodidad. Así comenzó todo, con una extraña incomodidad al estar a su lado, incomodidad cuando me miraba, incomodidad cuando me regalaba una sonrisa, incomodidad cuando me trataba con cariño. Podría haber creído que era porque nunca éramos demos...