Capítulo 3: "Las cosas se ponen feas"

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Inés la abrió un segundo y rápidamente la cerró. Cada vez que la pokeball se abría, se oía aquella melodía que sonaba cuando Carmeta vió el cadáver.
Ya que, al parecer no iba a venir ninguna ambulancia, Inés prefirió buscar el botiquín, donde encontró hielo que puso sobre la cabeza de su amiga. Entonces decidió ir a por un vaso de agua para Carmeta, ya que todos los intentos de reanimarla resultaban fallidos. Al volver con el vaso en la mano, Carmeta, llena de rabia, agarró a Inés por el cuello e intentó asfixiarla. El objeto cayó al suelo creando un horrible estruendo. A pesar de sus intentos, no logró separarse de su amiga, no intentó pegarle, ya que no quería hacerle daño, pero parecía ser la única opción, por lo que accedió a darle un puñetazo. Carmeta cayó al suelo, pero pareció volver a su ser.

-!Auh¡ !Qué dolor de cabeza! - Dijo mareada Carmeta - ¿Qué ha pasado?

Inés le contó lo ocurrido y la puerta se cerró. Carmeta, creyendo que era el viento, fue a abrirla, pero no pudo, Inés le ayudó, pero tampoco lo consiguieron. De alguna forma, Inés tenía el presentimiento de que el hombre que cogió el teléfono anteriormente, había cerrado la puerta, aquello le llenó de rabia. Pero, había una pregunta que se repetía constantemente: ¿qué estaría tramando?
Cansadas de intentar abrirla, se apoyaron en la puerta dejando salir un suspiro.

-Aaaagghhh!! - gruñó Carmeta - ¿y ahora... qué? - dijo con la respiración entrecortada y algo cabreada.
Después de unos segundos, Inés se dio cuenta de que había una ventana.

-¡¡Bingo!! -se acercaron a la ventana y salieron por ella.

Al bajar, les asombró ver que la gente iba como "zombie" y se notaba que no tenían buenas intenciones, ya que se acercaban a ellas de forma agresiva. Intentaban matarlas, por lo que las compañeras empezaron a pelear de tal forma, que ni ellas mismas se reconocían. Entre patadas y llaves, llamaron por teléfono al comisario con tal de contarle lo ocurrido, aunque sabrían que no le haría la más mínima gracia, ya que era un hombre serio, como la forma de la que se tomaba su trabajo, pero sabían muy bien que aquello se trataba de UNA EMERGENCIA. Tras varios intentos, una voz deformada contestó: "Ahora mismo el comisario no puede responder a vuestra llamada, está ocupado en sangrar." De nuevo, Inés volvió a sospechar de aquel hombre...

-!Madre mía!, ¿y ahora qué hacemos? - dijo Inés. Temía por la vida de su jefe, y sabía que ese hombre le estaría torturando, para un fin que no conocía.

-Podemos ocultarnos en el despacho y pensar en como solucionar esto.
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¡¡¡Heyy!!! ¿Disfrutando la lectura? Eso espero. De verdad, muchísimas gracias por todo vuestro apoyo, de verdad que cada día me motivo más escribiendo. Próximo capítulo disponible cuando este llegue a 25 votos y 25 comentarios. Nos vemos en el siguiente capítulo😘😘😘. Y si sabéis de algún amig@ al que le podría gustar la historia, os pido que se la recomendéis. Besoos💟💟😄

El Misterioso Caso de la PokeballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora