Capítulo 13: "El final de la aventura"

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-Vaya, vaya, que sorpresa... La verdad es que no imaginaba que llegaríais hasta aquí, compañeras...- Dió otro toque en la pantalla y la puerta de cristal del edificio se cerró.-Es hirónico que las mejores detectives de la zona hayan caído en una trampa tan básica.
!Ah!, se me olvidaba, vuestro querido e inocente jefe os manda saludos, claro, que nos os mencionó lo que hizo, ¿verdad? MATAR A SU MUJER, SÍ, LA QUE SUPUESTAMENTE MURIÓ EN UN ACCIDENTE, Y YO SOY EL CRIMINAL, ¿VERDAD? ¿QUÉ OTRAS MENTIRAS OS HABRÁ DICHO VUESTRO "QUERIDO JEFE"?...BUENO, ESO AHORA YA DA IGUAL...-El secuestrador hizo una pausa.-¿Comisario, quieres despedirte de ellas?...¿no?, pues adiós chicas.-Pulsó la pantalla por última vez, lo cual desató una potente explosión de un gas venenoso en el edificio en el que se encontraban las detectives.

-Ya me he librado de ellas, ¿y ahora qué vas a hacer, "comisario"?.

***
Fuera del edificio blanco...

El coche rojo pegó un salto.

-¡Aaaahg!-Gritó Nacho con horror al oír la explosión.

-Debemos entrar a por ellas.

-¿Estáis todas locas o qué?

-No seas llorica, ellas lo habrían hecho por nosotros.-Sara salió del coche y entró, Nacho, aunque algo dudoso, le siguió porque tenía miedo de quedarse solo.

Al llegar a la sala blanca, encontraron a Inés desmayada en el suelo, y a Carmeta de pie tapándose la boca y la nariz con la camiseta. Sin decir nada, Nacho y Sara también se taparon por encima de la nariz, y todos juntos sacaron a Inés y la sentaron en el coche.
Estuvieron un rato intentando reanimarla,  pero nada funcionó. Mientras tanto conversaron:

-Perfecto, la única salida que podíamos tener era esto...

-No hay ningún país que haya salido adelante...-Dijo Nacho con tristeza.

-Creo que lo más seguro es que la gente que escribió los comentarios que encontrasteis no haya sobrevivido a la explosión. No se si me explico, si en los otros países estaban tanto la nota como el antídoto, tal vez la gente que los encontró y fuera a la dirección que marcaba, hayan muerto por respirar el gas.-Dijo Sara- ojalá Inés tenga más suerte.

Todos miraron hacia la ayudante, completamente inmóvil, pero con pulso. El ambiente comenzaba a tornarse gris, a volverse triste y muy dramático.

-Manuel, el secuestrador...Tenía razón, fuimos muy torpes al ir allí, deberíamos haberlo supuesto. Como no se ponga bien...- los ojos de Carmeta empezaron a empaparse y a ponerse rojos, se hizo una pausa larga y, derrepente, se escuchó una tos que venía de Inés.

-Inés, Inés, ¡despierta!- Carmeta volvió a intentar que su amiga volviera dándole fuertes balanceos y alguna bofetada...Y efectivamente,  lo hizo, aunque con algunas dificultades para respirar. Inmediatamente todos se abalanzaron sobre ella dándole un fuerte abrazo.

-Qué ganas teníais de que me llegara la hora.-Dijo Inés bromeando. Seguidamente intentó recordar todo.- Si esto era una trampa, ¿cuál es la salida?

Todos pensaron y pensaron durante unos minutos.

-Había una puerta cerrada...¡es posible que se haya abierto por la explosión!-Dijo la inspectora iluminándosele la cara.

El Misterioso Caso de la PokeballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora