II

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Recuerdo cuando

jugábamos a ser atronautas,

porque fue lo que siempre quise ser

[y no logré]


Entonces pintaste mi cuarto de negro,

junto con el techo,

y en el pintaste constelaciones,

estrellas,

planetas,

e incluso agujeros negros.


Y compramos cascos de atronautas

y cada viernes en la noche 

bebiamos mientras gritabamos.


¡HOUSTON!

¡HOUSTON!

¡TENEMOS UN PROBLEMA!

Gritabas.


Y decías que no querías volver a casa,

pero yo si quería,

porque tu eras mi hogar,

mi lugar favorito en el mundo.


Me encantaba mirar las estrellas de las paredes

y formar constelaciones,

tal cual lo hacía con los lunares de tus piernas.


Desde que te fuiste,

me di cuenta que siempre fui astronauta,

no de esos que van a marte,

a neptuno o a júpiter.


Me volví astronauta perdiéndome en ti,

en tus ojos grises,

que a veces parecían negros y oscuros,

me perdí en cada lunar,

en cada sonrisa,

en casa beso;

me volví astronauta cuando te perdí,

porque ahora estoy aquí,

escribiendo,

[para ti,

o a ti]

perdiéndome en ti de nuevo,

como la primera vez. 


Houston,

tengo un problema;

quizá me enamore de ti. 

Desordéname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora